Las garrapatas tienen en ocasiones, no siempre, microorganismos infecciosos en su tracto digestivo (bacterias, virus y rikectsias), y cuando se instalan en un huésped pueden trasmitir estos microorganismos al torrente sanguíneo del mismo.
Las picaduras de garrapatas pueden producir "per se" diversos síntomas, que pueden o no estar relacionados con las enfermedades que transmiten.
Entre ellos están:
Extraer la garrapata que se debe anestesiar con éter, aceite de oliva, con alcohol, quemarla con un cigarrillo, etc. Y luego se pueden utilizar unas pinzas de metal para separarla en bloque de la piel.
Después se lava bien la herida y se le aplica tintura de yodo para desinfectarla mejor.
Después se debe evaluar la lesión unos días y ante la aparición de un exantema se debe hacer un estudio de análisis de sangre para diagnosticar la posible transmisión de alguna enfermedad y tratar con tetraciclina o penicilina; macrólidos, dependiendo el caso.
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