La babesiosis es una enfermedad infecciosa parasitaria que se transmite al ser humano mediante la picadura de garrapatas.
Afecta a los glóbulos rojos provocando su rotura ocasionando anemia hemolítica. Tiene características muy similares a la malaria o paludismo pudiendo llegar a confundirse.
La babesiosis es una enfermedad infecciosa producida por una especie de parásitos conocidos como protozoos.
Es considerada como una zoonosis (enfermedad de los animales que puede transmitirse accidentalmente a los seres humanos). La babesia reside en animales vertebrados, fundamentalmente mamíferos y aves. El contagio al ser humano se realiza mediante la picadura de una garrapata. Excepcionalmente se transmite por transfusiones sanguíneas y transmisión vertical madre-feto.
Se conocen más de 100 especies de babesia, siendo las más habituales Babesia microti, Babesia divergens, Babesia Bovis y Babesia Bigemina.
La enfermedad tiene una distribución mundial, pero predomina fundamentalmente en Europa y Estados Unidos.
Al ser una enfermedad transmitida por garrapatas, uno de los mayores factores de riesgo para contraer la enfermedad es el contacto con la naturaleza y/o animales: ocio, trabajo (es típica de montañeros, cazadores, leñadores…), veterinarios, personas que viven en entornos rurales, etc.
Es una parásito que vive en el interior de los glóbulos rojos (hematíes), parte de ellos se rompen produciendo anemia hemolítica y el resto son filtrados por el bazo, produciendo diferentes complicaciones.
La infección generalmente es asintomática y puede pasar desapercibida. Cuando produce manifestaciones clínicas suele ser de carácter leve.
Los pacientes que tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones graves son los asplénicos (ausencia de bazo), inmunodeprimidos o aquellos que toman medicamentos inmunosupresores.
El periodo de incubación tras la picadura de la garrapata es de 1 a 6 semanas, los síntomas son los siguientes:
Como complicaciones graves, poco frecuentes y que requieren tener factores de riesgo pueden presentarse:
La babesiosis se diagnostica fundamentalmente mediante la visualización del parásito en la sangre.
En los datos analíticos se puede apreciar:
Los pacientes asintomáticos no requieren tratamiento, excepto que se detecte babesia en frotis sanguíneo o PCR durante más de 3 meses seguidos.
Cuando los síntomas son graves se emplean antibióticos: las pautas más empleadas son la asociación de atovaquona y azitromicina o quinina y clindamicina durante 7-10 días.
En caso de anemia severa (hemoglobina< 10 gr/dl), compromiso renal o hepático puede requerir transfusiones sanguíneas.
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