La gripe porcina es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que afecta a los cerdos, ocasionada por uno de los virus A de la gripe porcina (H1N1, H1N2, H3N1 y H3N2). Estos virus pueden mutar y por ello contagiar a la especie humana que es lo que parece ha ocurrido en la epidemia del año 2009.
Su morbilidad suele ser alta y su mortalidad baja, menor del 2 por ciento, pero se desconoce concretamente ya que hay muchos casos con escasos síntomas y sin diagnóstico médico de la enfermedad.
El virus original del cerdo se contagia entre los cerdos por aerosol y mediante contacto directo e indirecto. Los brotes de gripe entre los cerdos se producen fundamentalmente en otoño e invierno. Las personas que trabajan con aves de corral y con cerdos, especialmente aquellas que se hallan expuestas intensamente a este tipo de animales, tienen mayor riesgo de infección en caso de que éstos porten alguna cepa viral que también sea capaz de infectar a los humanos.
El virus mutado y que actualmente contagia al hombre se puede contagiar a través de secreciones que contengan el virus ( de la tos o los estornudos, así como por las descargas nasales).
Las personas enfermas de la gripe porcina pueden transmitir los virus durante varios días; los adultos pueden contagiar a otras personas después del primer día de haber comenzado con los síntomas y hasta durante siete días. Los niños pueden transmitir los virus incluso durante más días.
El periodo de incubación usualmente es de dos días, pero puede variar de 1 a 5 días.
Los síntomas de la gripe porcina en el hombre son parecidos a una gripe común:
En primer lugar se aplica un tratamiento sintomático de la fiebre y malestar a base de Paracetamol o ibuprofeno. Luego hay dos clases de fármacos para los virus gripales: