¿Qué es un hipema?
Un hipema es una acumulación de sangre en la cámara anterior del ojo.
La cámara anterior del ojo está situada entre la córnea y el iris y está llena de un líquido llamado humor acuoso. Este líquido es importante para el aporte de nutrientes al ojo y la recogida de desechos.
¿Por qué se produce un hipema?
El hipema es causado frecuentemente por el impacto en el ojo de objetos o proyectiles a alta velocidad como un balón de baloncesto, una pelota de tenis o de béisbol, un volante de bádminton, bolas de nieve, un puñetazo, cuerdas usadas en puenting, explosiones, etc.
Estos impactos pueden causar la rotura de un vaso sanguíneo en el ojo, llenando la cámara anterior con sangre y haciendo que el ojo se torne rojo.
¿Qué síntomas produce?
El síntoma inicial es una disminución en la visión porque la sangre acumulada en la cámara anterior del ojo dificulta la visión. Esta mejora a medida que la sangre se filtra hacia la parte posterior del ojo.
Las personas que sufren hipema suelen advertir:
- Dolor extremo
- Náuseas
- Ojo rojo
- Fotofobia
- Aumento de la presión intraocular (la presión dentro del ojo)
Pueden aparecer sangrado de nuevo hasta cinco días después de la lesión.
¿Cómo se puede diagnoticar?
Todas las personas con hipema deben ser examinadas por un oftalmólogo.
Por lo general, el médico usará un oftalmoscopio o gonoscopio para visualizar las estructuras internas y el daño causado.
En algunos casos puede haber pequeñas hemorragias microscópicas (microhipemas) que pueden formar coágulos y requieren instrumentación para su visualización.
¿Cúal es el tratamiento recomendado?
El ojo debe estar protegido, pero no se debe utilizar un parche. Quien lo sufre debe reposar en cama con la cabeza elevada 45°. Esta posición permite que la sangre salga permitiendo una mejor visión.
Algunos estudios recomiendan la administración de ácido aminocaproico para evitar la formación de coágulos, reduciendo la posibilidad de un aumento del sangrado.
Para controlar la inflamación se pueden usar colirios como agentes ciclopéjicos (solución de atropina al 1% una vez al día) o esteroides (prednisolona acetato al 1% de 4 a 6 veces al día).
Deben evitarse los anticoagulantes, como la aspirina y los AINEs (antiinflamatorios no esteroideos).
Aunque la mayoría de los casos progresan bien con tratamiento conservador, en algunos casos puede desarrollarse un aumento de la presión intraocular (glaucoma). Entonces es necesario intervenir quirúrgicamente para evacuar la hemorragia.
Las personas que sufren drepanocitosis (anemia de células falciformes) requieren especial atención ya que elevaciones moderadas en la presión intraocular puede conducir a atrofias ópticas o pérdidas de visión permanentes.
En pacientes con trastornos sanguíneos previos, se debe considerar la intervención quirúrgica para evitar daños al nervio óptico (el nervio que transmite impulsos para su procesamiento en el cerebro).
¿Cómo se puede prevenir?
Se recomiendan gafas especiales hechas de lentes de policarbonato en deportes en los que existe riesgo de lesiones oculares. Este tipo de lente tiene suficiente resistencia al impacto.
Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
Autor original