Los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) son un grupo de fármacos que actúan bloqueando la síntesis de prostaglandinas y su efecto es antiinflamatorio, analgésico (disminuye el dolor) y antipirético (baja la fiebre).
Los productos que tienen estas propiedades los diferenciamos por sus efectos secundarios y por la duración del efecto producido.
Existen multitud de medicamentos con efectos antiinflamatorios, algunos con posibles efectos secundarios por lo que la elección de uno u otro depende de numerosos factores.
El piroxicam permite una sola toma diaria, y otros productos como el diclofenaco (en comprimidos de liberación retardada), el tenoxicam, el sulindaco o el diflunisal, que suelen ser relativamente bien tolerados, se administran dos veces al día. El resto se suelen tomar 3 veces al día.
El ácido acetilsalicílico (AAS) sigue siendo el medicamento de elección bajo un criterio estricto de coste/eficacia como antiinflamatorio, pero sus grandes efectos gastrointestinales le han dejado como una alternativa más. Los preparados micronizados, solubles o tamponados de A.A.S. (acetilsalicilato de lisina) pueden mejorar la tolerancia gástrica.
Las pirazolonas (fenilbutazona, dipirona) tienen acción antiinflamatoria muy potente pero como tienen efectos secundarios graves en la sangre, sobre todo discrasias sanguíneas, han sido sometidos a restricciones.
La indometacina también tiene una incidencia elevada de efectos gastrointestinales y sobre el Sistema Nervioso Central (cefaleas, vértigo, etc).
El diclofenaco es el antiinflamatorio no esteroideo (AINE) más vendido en España y como la incidencia de efectos adversos es comparativamente baja, no puede decirse que sea mala elección.
El ibuprofeno tiene un excelente historial de seguridad, pero es un antiinflamatorio débil y se tiende a usar más como analgésico.
El ácido meclofenámico es el antiinflamatorio más potente de su grupo, pero produce frecuentemente diarrea como efecto secundario.
Los analgésicos puros como el paracetamol tienen mejor tolerancia gastrointestinal y puede ser de utilidad en casos donde la sintomatología predominante es el dolor y no la inflamación.
Todos se indican en general para procesos con inflamación como reumatismos (inflamatorios y degenerativos), artritis reumatoide, espondiloartrosis, artrosis, espondiloartrosis anquilopoyética. A veces también en procesos sin inflamación y con dolor como bursitis, tendinitis, tenosinovitis, esguinces y capsulitis (inflamación de articulaciones, cápsula y tendones).
Hay que tener siempre en cuenta que pueden producir dolor de estómago, sensación de pesadez en el estómago, acidez , náuseas, vómitos, vértigo, dolor de cabeza, fatiga, sueño y aumento de la cantidad de orina por la noche. A veces pueden llegar a producir úlcera de estómago, zumbido de oídos, vértigos (con dosis elevadas).
Más ocasionalmente puede producir erupciones en la piel y urticaria; y muy raras veces producen alteraciones en las células de la sangre y en la coagulación.
No deben darse nunca en caso de alergia al fármaco, asma con intolerancia a AINEs, úlcera péptica, embarazo, madres lactantes y en pediatría (excepto el paracetamol y diclofenac).
Debe evitarse dar fenilbutazona en caso de enfermedades cardiovasculares, en epilepsia y en pacientes tratados con Insulina o antidiabéticos.
El fentiazac se desaconseja en el embarazo, especialmente en los días anteriores al parto por riesgo de adinamia uterina y cierre prematuro del ductus arterioso.
No se deben asociar estos medicamentos con anticoagulantes orales, sales de litio, digoxina, antihipertensivos y diuréticos, por aumentar o reducir su efecto.
Al asociar aceclofenaco o piroxicam con AAS (ácido acetilsalicílico) se puede reducir el efecto de ambos.
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