Se denomina epistaxis o sangrado nasal a las hemorragias cuyo origen son las fosas nasales.
La mayor parte de los sangrados nasales proceden del tabique nasal y generalmente son muy fáciles de parar. En algunas personas los sangrados nasales proceden de áreas más profundas de la nariz, y estos sangrados, que son menos frecuentes, son mucho más difíciles de cortar.
Una gran cantidad de sangrados nasales ocurre sin razón aparente. No obstante, las principales causan que pueden provocar un sangrado nasal son:
Una gran cantidad de sangrados nasales ocurren sin razón aparente, aunque parece que las personas que sufren de tensión arterial alta, sobre todo en periodos de descompensación, los sufren con más frecuencia.
También suele darse la asociación familiar; es decir, los miembros de una misma la familia tienen más tendencia a sufrir este problema.
Es frecuente que se presenten más hacia los 20 años de edad, y posteriormente, a partir de los 50.
El tratamiento recomendado ante un sangrado nasal es:
En caso de que tenga que acudir a un hospital o a un centro de salud y procedan a realizarle un taponamiento de la fosa nasal, recordar que luego es frecuente que a pesar del taponamiento gotee ligeramente, y que es mejor aguantar si no sangra mucho que retirarlo y sustituirlo por otro, ya que cada vez que se retira, se lesiona más la mucosa y es más difícil que pare.
Solo se debe cambiar antes cuando sangra mucho o cuando el paciente esté deglutiendo constantemente sangre. Esto indicaría que sangra por la zona posterior (poco frecuente) y el taponamiento anterior no sería suficiente, y habría que hacer también un taponamiento posterior, maniobra mucho más complicada y agresiva para el paciente, y que suele precisar de ingreso hospitalario.
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