
¿Qué es el carcinoma basocelular de piel?
El carcinoma basocelular es un tumor maligno de la piel de crecimiento lento que se origina en las células basales de la epidermis.
Es el más frecuente de los tumores que pueden aparecer en el ser humano.
Sin embargo, su comportamiento es poco agresivo y sólo local, sin diseminarse a distancia casi nunca, lo que, unido a un lento crecimiento, permite su reconocimiento temprano y un tratamiento efectivo en la mayoría de los casos.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo para el carcinoma basocelular?
El principal factor de riesgo para sufrir un carcinoma basocelular es la exposición elevada a la radiación ultravioleta presente en la luz solar, y que la piel tenga una mayor sensibilidad a este tipo de radiación. Por ello, es más frecuente en personas de raza blanca, rubias y de piel blanca, sin que haya diferencias entre sexos.
También es frecuente que aparezca en personas ancianas, que acumulan largos años de exposición a la luz solar, y en zonas que han permanecido descubiertas, como las manos, la cara y el cuello. Una zona especialmente frecuente de presentación es en la nariz.
¿Cómo se diagnostica el carcinoma basocelular?
Como en todos los cánceres, este carcinoma se diagnostica con certeza tomando una muestra (biopsia) de la lesión para su análisis.
Su reconocimiento es relativamente sencillo, ya que, aunque su presentación clínica es variada (puede aparecer en forma de diferentes lesiones; tipo nódulo, placa superficial, o incluso una pequeña úlcera), en todos los casos la lesión va creciendo progresivamente, lo que debe hacernos sospechar que puede tratarse de un carcinoma basocelular.
Si está expuesto al roce, puede sangrar.
El dermatólogo utiliza inicialmente algunas formas de visualización directa de la piel no invasivas en el consultorio para tratar de enfocar el diagnóstico y localizar el mejor sitio para tomar la biopsia. Estas técnicas son principalmente dos:
- Dermatoscopia: se observa la piel con un microscopio manual y se pueden tomar fotografías.
- Microscopia confocal de reflectancia: similar a la anterior, pero se observan los reflejos de un tipo especial de rayo láser de baja potencia en la piel.
Una técnica que también puede ser utilizada es el raspado de la lesión y el análisis de su citología. Es más rápido y menos agresivo, y parece que su rendimiento es similar al de la biopsia.
Mediante el adecuado diagnóstico anatomopatológico se procede a diferenciar al carcinoma basocelular de otras lesiones que se le parecen, como algunas verrugas, el carcinoma espinocelular, el queratoacantoma, nevus y melanomas.
¿Cuál es el tratamiento del carcinoma basocelular?
El tratamiento del carcinoma basocelular no debe demorarse a pesar de su lento crecimiento, ya que tiende a crecer en profundidad y cuanto más tiempo pase la extirpación del tumor más daño producirá a los tejidos adyacentes.
Existen muchos tipos de tratamientos posibles, de menos a más agresivo, y hay que tener en cuenta muchos factores, entre ellos, la edad y el estado de salud del paciente, así como las enfermedades asociadas que tenga (comorbilidad).
También es importante la localización del tumor y su tamaño. Normalmente el tumor tiene tendencia a recurrir si no se extirpa totalmente (en algunos tipos más que en otros, incluso con cirugía), lo que condiciona también la elección del tratamiento.
La extirpación completa de la lesión mediante la intervención quirúrgica es una opción que permite la eliminación, normalmente total, del tumor. Dependiendo del tamaño, tipo y su localización puede conseguirse un resultado estético aceptable.
La cirugía micrográfica de Mohs es un tipo de técnica quirúrgica en la que se van eliminando capas del tumor, analizando si se ha eliminado todo o no. Permite cirugía menos agresiva con los tejidos que rodean al tumor.
No en todos los casos es posible hacerla, y se suele reservar para lesiones localizadas en situaciones difíciles, o en tumores que por su forma y extensión impiden reconocerlos correctamente durante el acto quirúrgico.
En lesiones pequeñas y localizadas se puede utilizar la electrocoagulación o el uso del láser de CO2.
Otra opción de tratamiento es la utilización de la crioterapia, que sólo es posible en lesiones pequeñas.
La radioterapia ha dejado de utilizarse, ya que produce efectos secundarios a largo plazo. En pacientes ancianos de edad avanzada con alta comorbilidad, puede ser una opción ya que sus efectos secundarios no tendrán tiempo para aparecer, y es una técnica poco agresiva.
También puede tratarse sin cirugía mediante la utilización de fármacos inmunomoduladores tipo Imiquimod utilizado tópicamente (directamente sobre la lesión). Actúan potenciando la respuesta inmune local, que al activarse eliminará teóricamente el tumor. Evidentemente es más efectiva en tumores superficiales y que tamaño.
El medicamento Vismodegib se utiliza en casos de cáncer basocelular avanzado y en los que han hecho metástasis cuando no es posible realizar la cirugía porque es un cáncer que ha recurrido varias veces, porque el paciente tiene alguna contraindicación de cirugía o porque se crearía una deformidad demasiado grande al operar.




Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico