El condiloma acuminado o verruga genital es una enfermedad vírica de la piel caracterizada por el crecimiento de una lesión rugosa y blanda en los genitales o en la región anal.
Son producidas tras una infección por el virus del papiloma humano VPH.
En los adultos, el trastorno se considera una enfermedad de transmisión sexual (ETS), pero en niños el virus aparece o se transmite con o sin contacto sexual.
Se ha visto una disminución en la aparición de verrugas genitales en adolescentes, mujeres y varones heterosexuales después de que se comenzó a utilizar la vacuna contra el VPH.
La infección por VPH es muy frecuente (80% de la población sexualmente activa), aunque la mayoría de personas afectadas no tiene síntomas (son asintomáticos).
Han sido clasificados más de 150 tipos diferentes de VPH.
Los genotipos 6 y 11, se asocian con el 90% de las verrugas genitales que aparecen incluso meses o años después del contacto inicial y son fácilmente visibles (especialmente en mujeres). Los otros tipos se asocian con verrugas planas.
Hay otros tipos más importantes de VPH que se asocian con cambios pre-malignos y malignos en el cuello del útero (cáncer y pre cáncer). Estos comprenden los tipos 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58 y 59. Algunos de ellos también se han visto implicados en la generación del condiloma acuminado.
La infección de las regiones anales y genitales con VPH puede ocasionar verrugas (condiloma ano-genital) sobre el pene, vulva, uretra, vagina, cuello del útero, y alrededor del ano (perianal).
Las lesiones sobre los genitales externos se reconocen fácilmente (verruga en coliflor).
En el pene, las verrugas genitales tienden a ser más pequeñas que sobre los genitales femeninos o que las perianales en ambos sexos.
Los condilomas crecen mejor en el área genital húmeda. Son ásperos, coloreados y duros apareciendo solos o en racimos.
Si no se tratan, las verrugas alrededor del ano y de la vulva pueden agrandarse rápidamente tomando un aspecto de coliflor ya que el mantener el área infectada seca puede ser un problema, y las verrugas se asientan frecuentemente en las áreas húmedas.
En las mujeres, el VPH puede invadir la vagina y el cuello del útero. Estas verrugas son planas y no son fácilmente visibles sin procedimientos especiales.
Si las verrugas son muy grandes, pueden producir roces y picor del pene, escroto, área anal, o vulva.
También se puede producir leucorrea y sangrado vaginal anormal (no asociado con el periodo menstrual) después del acto sexual.
Nota: Frecuentemente no se notan síntomas.
Entre los factores de riesgo de las verrugas genitales se incluyen las parejas sexuales múltiples, parejas de desconocidos, mal uso del preservativo, y el inicio temprano de la actividad sexual.
En niños, aunque el virus puede transmitirse no sexualmente, la presencia de condiloma acuminado debería despertar sospechas de abuso sexual.
Un examen genital da a conocer lesiones en cualquier parte de los órganos genitales externos. Estas lesiones son superficiales, de color blanquecino, delgadas o gruesas, solas o en grupo.
En las mujeres, un examen pélvico puede mostrar crecimientos sobre las paredes vaginales o en el cuello del útero.
Para ver lesiones invisibles a simple vista se puede realizar una colposcopia. El tejido de la vagina y del cuello del útero puede tratarse con ácido acético para hacer que las verrugas se hagan visibles.
Pruebas adicionales para mujeres:
Usualmente, la sola visualización basta, pero en caso de lesiones anormales como úlceras o verrugas con color alterado o sangrado asociado, se recomienda realizar una biopsia.
Si el condiloma no responde al tratamiento o se nota plano, es importante diferenciarlo del condiloma plano de la sífilis.
No existe un tratamiento igual para todo el mundo. Depende de la cantidad de verrugas, el sitio donde estén, las preferencias del paciente y la experiencia del médico.
Básicamente, hay dos tipos de tratamiento para las verrugas genitales:
Como con todas las enfermedades de transmisión sexual, la abstinencia total es la única manera segura de evitar verrugas venéreas.
Una relación monógama sexual con una persona conocida sana (libre de enfermedad) es la manera más práctica de evitar enfermedades de transmisión sexual.
El preservativo previene en cierta medida de la infección por VPH (puede haber zonas de piel que no cubre el condón), y cuando se usa correcta y coherentemente, proporciona una buena protección no solamente contra el VPH sino también contra otras infecciones de transmisión sexual.
La vacuna contra el VPH es de mucha utilidad.
Con el tratamiento e identificación adecuada, las verrugas genitales normalmente pueden controlarse.
Las lesiones reaparecen frecuentemente después del tratamiento porque no hay ningún tratamiento existente que cure por completo la infección por VPH.
Pida una cita con su médico si su pareja sexual ha sido diagnosticada de verrugas genitales, o si nota cualquiera de los síntomas descritos.
Los adolescentes parecen ser sumamente susceptibles al VPH y aquellos con experiencias sexuales muy tempranas deberían ser examinados para detectar una posible infección por VPH.
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