Los virus del papiloma humano son los causantes de las verrugas comunes que aparecen en las plantas de los pies, o en los dedos de las manos, pero a la vez pueden causar las verrugas genitales (condilomas acuminados) y tumores malignos en la boca o en el cuello de la matriz.
Por esta razón, se considera que son virus oncogénicos o que tienen capacidad de producir tumores cancerosos.
El VPH no es un único virus; son un grupo de virus con alrededor de 150 tipos diferentes.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer determinó los doce genotipos de alto riesgo, es decir que se consideran cancerígenos para los seres humanos. Son los genotipos: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58 y 59.
De todos los tipos de virus de papiloma humano hay más de 40 que se pueden contagiar por contacto sexual, pero este contagio no suele aparejar síntomas asociados, por lo que es difícil definir cómo y cuándo una persona se ha infectado.
En algunos casos, esta infección desaparece sola en unos años y, en otros casos, es persistente y pueden alterar las células normales del organismo produciendo otras de crecimiento canceroso.
La mayoría de las mujeres presentarán una infección por el virus VPH, pero solo algunas de ellas tendrán un cáncer cervical.
Se ha calculado que más o menos el 80 % de las personas con vida sexual activa se contagian del VPH. Más o menos el 20% se contagian de los genotipos de alto riesgo.
Parece que el sistema inmunitario es el encargado de eliminar esta infección, pero en algunos casos esto no es posible, la infección persiste y se puede producir un cáncer.
En las personas inmunocomprometidas (con las defensas naturales disminuidas como en las infecciones por VIH o en personas con medicamentos para trasplantes), el virus, que en una persona normal suele curarse por sí mismo en un año, puede persistir por mucho más tiempo.
El más frecuente de los cánceres producidos por el VPH es el cáncer de cuello uterino. Es muy frecuente, pero sobre todo es importante ya que su mortalidad es del 45%.
Por otro lado, otros tipos de cáncer menos frecuentes como son los del suelo de la boca, lengua, paladar, ano, pene, vulva y vagina están implicados directamente con esta infección crónica con el virus VPH.
La infección al mismo tiempo del herpes virus aumenta el riesgo de generar lesiones malignas.
La detección del VPH solo es útil cuando se encuentra un Papanicolaou, una colposcopia o una biopsia de cuello uterino con anormalidades sugestivas de lesiones de pre cáncer o cáncer.
En ese contexto, se toman exámenes para tipificar el virus y saber si se está ante los genotipos de alto riesgo en mujeres mayores de 25 años.
No se ha visto que sea útil tipificar los virus en mujeres más jóvenes.
No se hacen exámenes de VPH para diagnosticar infección de transmisión sexual por lo cual tampoco se toman en hombres.
No es posible saber cómo ni cuándo se contagió una persona con el VPH.
No se da ningún tratamiento cuando se detecta una infección por VPH sin presencia o de verrugas (comunes o genitales) o de signos anormales (precáncer o cáncer) en un Papanicolaou o en una colposcopia o biopsia de cuello uterino.
Si hay hallazgos anormales en estos exámenes en una fumadora, se recomienda abandonar el cigarrillo porque aumenta el riesgo de inicio y empeoramiento del cáncer de cuello uterino.
No existe ningún tratamiento que elimine el VPH.
Como es una transmisión sexual, la abstención total o al menos evitar la promiscuidad sexual, serían los métodos de prevención ideales.
El uso adecuado y consistente del preservativo disminuye el contacto con el virus, pero hay zonas no cubiertas por el preservativo que pueden producir el contagio. Sin embargo, sí disminuye la incidencia de infecciones crónica y, por lo tanto de cáncer.
La prevención queda en manos de las vacunas contra el VPH.
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