La encopresis es un trastorno de la excreción caracterizado por la pérdida voluntaria o involuntaria de heces en lugares que no son apropiados como la ropa o el suelo.
Debe presentarse al menos un episodio de incontinencia al mes durante tres meses consecutivos para ser diagnosticado.
El diagnóstico de este trastorno va desde los 4 años en adelante o un grado de desarrollo equivalente a ello. Además, es importante que esta pérdida de heces no responda a los efectos de algún elemento como un laxante u otra afección médica.
La encopresis presenta dos subcategorías:
Según algunos estudios, las causas de la encopresis pueden ser variadas y por ello es necesaria la evaluación de profesionales del área de la salud.
Por una parte, podría responder a experiencias traumáticas, pero también a causas orgánicas como lo es:
En ausencia de causas orgánicas claras, la pérdida de heces se podría producir debido a la retención que los niños/as pueden hacer de las heces . Esto genera una acumulación a nivel del colon que hace que las heces se endurezcan produciendo estreñimiento.
Esta retención puede ser causada por algunas sensaciones incómodas o temores que los niños/as pueden sentir al ir al baño a excretar. Por ejemplo, si los niños/as van a la escuela, tienen poco tiempo para poder ir al baño por lo que prefieren aguantar las ganas o porque sienten que es un lugar poco higiénico. Otras posibles razones pudieran ser que no quieran dejar una actividad entretenida y por ello “aprenden” a aguantar las ganas de ir al baño.
Se estima según los estudios que la prevalencia a nivel mundial se encontraría entre el 0.8 y el 7.6% de los niños/as.
Este trastorno también es más común en niños que en niñas en una proporción de 3:1.
Si nos centramos en la encopresis por estreñimiento debido a que el niño/a aguanta sus ganas de ir al baño, se puede intentar prevenirlo acompañando de manera apropiada al niño en su proceso de aprendizaje, no regañarlo y estar constantemente preguntándole si tiene ganas aunque eso implique detener el juego por un momento.
Algunos niños/as pueden sentir miedo de que algo “sale” de sus cuerpos, por lo que, si se centra el aprendizaje en ir poco a poco, se podría prevenir este tipo de situaciones, disminuyendo la posibilidad de su aparición.
Siempre es importante consultar a un especialista en el área de la salud, principalmente a su pediatra y en caso de que sea necesario evaluar el caso desde el área psicológica.
Si bien en general no se requieren más pruebas que el historial de cómo se han ido presentando los episodios, la Asociación Norteamericana de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición (NASPGHAN por sus siglas en inglés) recomienda que si se visualiza sólo un problema de estreñimiento (que es una de las causas mayoritarias en la encopresis) no se incluyan los exámenes para el hipotiroidismo, para la celiaquía y la hipercalcemia.
Respecto del tratamiento propiamente, si el caso responde a un estreñimiento se recomienda poder reeducar al niño en su excreción, porque como se mencionaba anteriormente los niños/as “aprenden” a aguantar las ganas para ir al baño. Es adecuado buscar las razones por las que está aguantando, si responde a algún temor del momento en que las heces salen o si hay alguna sensación incómoda.
Es esencial que los adultos comprendan que, en los casos de estreñimiento, la salida de las heces va más allá del control de los niños/as y el tratamiento pudiera durar entre 6 meses a 2 años.
Posteriormente, el tratamiento se enfoca en la prevención de la recurrencia de estos episodios evaluando la necesidad de un cambio en la dieta, intervenciones conductuales o medicamentos.
En caso de que responda a alguna situación a nivel psicológico y/o emocional, el tratamiento y el pronóstico irán asociados al proceso de psicoterapia.