
¿Qué son los espasmos del llanto?
Los espasmos del llanto consisten en que el niño detiene la respiración cuando está teniendo una rabieta.
Se originan por sentimientos de rabia, temor, frustración o fuerte emoción y el niño puede llegar a desmayarse.
Habitualmente, aparecen en el segundo año de la vida, aunque pueden aparecer hasta los 5 años.
Por lo general, el 5% de los niños ha presentado alguna vez un episodio de espasmo del sollozo y casi siempre encontramos el antecedente de que otro miembro de la familia los ha presentado (existen datos que sugieren una transmisión genética de tipo autosómico dominante).
¿Qué tipos de espasmo del llanto existen?
Existen dos tipos de espasmos del llanto:
- Cianótico o azules (morados): Los clásicos espasmos del llanto son los azules o morados, en los que el niño presenta este color en la cara hasta que la respiración se restablece. El niño deja de respirar e inmediatamente después presenta llanto intenso.
- Pálidos: En los de tipo pálido, el niño toma una coloración pálida intensa al momento del espasmo. Como en el tipo morado, el niño deja de respirar e inmediatamente después presenta llanto intenso. El niño puede desmayarse en el momento en que empieza a llorar y puede presentar una postura rígida y arqueada. La falta de respiración es muy breve y va seguida de respiración y de comportamiento normales.
Ambos tipos de espasmo, aunque causan mucha inquietud en los padres y en las personas que los presencian, son benignos y nunca causan daño al cerebro por falta de oxígeno, ni tienen nada que ver con la epilepsia, ni tienen efecto en el comportamiento o en el desarrollo posterior del niño. Con el crecimiento tienden a desaparecer.
¿Qué se puede hacer para tratar los espasmos del llanto?
En caso de que el niño sufra un episodio se debe mantener la calma ya que se resuelven espontáneamente en pocos segundos.
No se debe golpear, zarandear o chillar al niño para evitar hacerle daño.
Siempre se debe verificar que no se pueda atragantar con algo que tenga en la boca y acostarlo de medio lado.
En caso de que el niño padezca anemia ferropénica se puede administrar sulfato ferroso y los espasmos del sollozo tienden a desaparecer en estos casos.
Cuando los síntomas del espasmo no se presentan de manera típica puede ser necesario realizar más estudios.
Se recomienda valoración especializada en caso de que los espasmos del llanto se presenten en niños menores de seis meses, cuando se tarda más de cinco minutos en recuperarse, cuando el niño no se comporta de manera normal después del episodio y cuando el cuadro se presenta sin relación con un sobresalto o frustración.
También a veces es necesario realizar electrocardiograma y electroencefalograma en caso de que los espasmos del llanto de tipo pálido se presenten con mucha frecuencia con el fin de descartar causas cardiológicas y neurológicas de síncope (pérdida de conciencia).



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico