¿Qué es la anemia ferropénica?
La anemia ferropénica es una afección en la que la falta de hierro impide la correcta formación de los glóbulos rojos.
Los glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno (energía) a las células y eliminar el dióxido de carbono sobrante (residuos).
Para llevar a cabo esta función los glóbulos rojos utilizan una proteína denominada hemoglobina. Uno de los elementos químicos que forman la hemoglobina es el hierro y por tanto el hierro es un mineral imprescindible para que la hemoglobina pueda realizar correctamente su función.
Se denomina anemia al estado en el que hay un déficit de hemoglobina. Existen numerosas razones que pueden acarrear la deficiencia de hemoglobina en el organismo y por ello existen diferentes tipos de anemias (anemias sideroblásticas, anemias hemolíticas, etc.)
La anemia ferropénica es una de ella y está motivada porque la carencia de hierro no permite formar adecuadamente la hemoglobina. Es la más común de las anemias.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
Como ya se ha indicado la causa de la anemia ferropénica es la falta de reservas de hierro en el organismo que impiden la correcta formación de los glóbulos rojos.
La falta de hierro puede estar motivada por dos factores:
- Falta de consumo de hierro en la dieta y/o mala absorción del mismo
- Pérdida de sangre (que conlleva la pérdida de hierro)
Sin lugar a dudas las pérdidas de sangre, aunque puedan pasar desapercibidas, son el factor más influyente de la anemia ferropénica. La pérdida de sangre puede producirse por diferentes factores (menstruación, sangre en las heces, hemorragias, etc.)
La necesidad de consumir hierro viene motivada porque los glóbulos rojos tienen un periodo de vida útil (120 días aprox.) y posteriormente se descomponen. El hierro que contienen es expulsado por la orina tras varias transformaciones. En total se estima una eliminación diaria de hierro de 1 a 2 mg al día que debe ser compensado con la alimentación.
La anemia ferropénica es una enfermedad que afecta especialmente a las mujeres ya que a la pérdida por la orina añaden las pérdidas por la menstruación y deben hacer uso de las reservas existentes de hierro en el organismo para compensarla.
Se estima que entre un 2 a un 5 % de las mujeres en edad fértil presentan anemia ferropénica.
Entre las causas más comunes que pueden llevar a un estado de anemia ferropénica son:
- Dieta baja en proteínas (por ejemplo dietas vegetarianas)
- Hipermenorrea (sangrado menstrual abundante)
- Sangrado del tracto digestivo (úlceras, varices esofágicas, etc.)
- Problemas de absorción (enfermedad celiaca, enfermedad de Crohn)
- Donación de sangre
- Cirugía bariátrica que reduce la absorción de hierro (reducción de estómago, etc.)
- Parásitos intestinales (Necator americano, Anquilostoma duodenal, etc.)
¿Cuáles son los síntomas de la anemia ferropénica?
La anemia moderada provoca síntomas como:
- Fatiga o cansancio
- Dolor de cabeza
- Disneas (dificultad para respirar)
- Irritabilidad
Si la falta de hierro es cada vez más acuciante y supone una merma considerable en el transporte de oxígeno a las células puede aparecer:
- Mareos
- Desmayos
- Palidez
- Palpitaciones
- Dificultad o imposibilidad de realizar actividades físicas
En último extremo en anemias ferropénicas graves no tratadas puede acontecer insuficiencia cardiaca.
¿Cómo se puede detectar?
La mejor manera de detectar la anemia ferropénica además de por sus síntomas, es mediante un análisis de sangre.
La característica principal es la aparición de hemoglobina por debajo de lo normal.
Valores de hemoglobina por debajo de 13 g/dl en hombres, 12 g/dl en mujeres y 11 g/dl en niños de 6 meses a 6 años es indicativo de anemia.
En el caso de la anemia ferropénica además se suele presentar
- Hematocrito bajo
- VCM baja (microcitocis): valores menores que 80 fl
- CHCM baja (hipocromía): valores menores que 32 gr/dl
- HCM baja: Valores menores que 27 pg
- RDW aumentado
Por ello, se suele clasificar a la anemia ferropénica como anemia microcítica e hipocrómica.
Además, se carece de reservas de hierro en el organismo y la ferritina tendrá valores bajos por debajo de 10 ng/ml (incluso se observan valores próximos a 0).
Si existe un alto número de eosinofilos (eosinofilia) es sugestivo de que la anemia ferropénica está causada por parásitos.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento de la anemia ferropénica se realiza con sulfato ferroso administrado de forma oral con dosis de 400 a 600 mg al día. Con este tratamiento se consigue un aumento de la hemoglobina de 1 o 2% diario a partir del 6º día.
También se puede utilizar
- Fumarato ferroso
- Hierro Carbonilo
En casos extremos se puede administrar hierro de forma intravenosa (hierro dextrano) cuando exista pérdida continuada de sangre o baja absorción gastroduodenal.
¿Cómo puedo prevenirme?
Para evitar caer en estados de anemia ferropénica es necesario un consumo adecuado de hierro en la dieta. Contienen abundante hierro:
- Carnes: Carne de ternera, pollo, pavo o cerdo. Especialmente el hígado.
- Frutos secos: Pistachos, almendras o nueces
- Verduras: Espinacas y acelgas
- Cereales: Avena y centeno
- Moluscos: Almejas y berberechos
- Legumbres: Lentejas, alubias o garbanzos
En los niños lactantes la leche materna no contiene suficiente aporte de hierro y por eso suele ser necesario administrar suplementos de hierro.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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