La gastroenteritis vírica es una infección causada por diversos virus (rotavirus, los adenovirus y sobre todo el virus de Norwalk), que produce una inflamación de la mucosa gástrica e intestinal.
El virus penetra en el estómago y el intestino e inflama el recubrimiento de estos órganos. Por ello, estos órganos dejan de cumplir su función transitoriamente y se produce un rechazo de los alimentos en forma de vómitos y diarreas.
El cuadro agudo suele durar de uno a tres días.
Los fluidos corporales de las personas infectadas contienen el virus, a veces aun antes de que aparezcan sus síntomas.
El virus puede transmitirse por contacto directo con una persona infectada o al compartir alimentos, bebidas o los cubiertos de la comida.
Los síntomas más frecuentes son:
Los síntomas pueden aparecer gradualmente primero con cansancio y dolores musculares y luego con vómito y diarrea o aparecer un cuadro súbito de náuseas y vómitos con diarrea. En niños suele comenzar con vómito y en adultos, con diarrea.
La mayor complicación, principalmente en niños, es la deshidratación que puede llevar incluso a la muerte.
El diagnóstico es clínico. La aparición de los síntomas de infección viral con fiebre moderada, cansancio y dolores musculares, además de escalofríos y sobre todo la aparición del cuadro intestinal con vómitos y diarrea hacen sospechar de un cuadro de gastroenteritis vírica.
La confirmación de cuadros similares en la familia o entorno son muy sugerentes del diagnóstico.
Se podría necesitar una muestra de heces fecales en caso de sospechar una infección complicada, por ejemplo, en caso de empeoramiento de los síntomas o de presentarse diarrea con moco, sangre o pus.
Ante la duda, en caso de empeoramiento del dolor y el vómito se debe descartar una apendicitis.
Para evitar la deshidratación es importante no dejar de ofrecer alimentos, no suspender la leche materna y, en niños mayores y adultos, seguir dando comidas como el agua de arroz, las sopas de zanahoria, de lenteja o de patata, los caldos o consomés desgrasados, los jugos de frutas frescas, el agua de coco verde, y las infusiones suaves, todo ellos de uso común en el hogar. Incluso el agua, complementada con alimentos, puede ser útil mientras se consiguen otros líquidos.
La hidratación más efectiva se logra con las sales de rehidratación oral o suero oral, comercial o casero. No se recomiendan bebidas con altos contenidos de azúcares como bebidas para deportistas o bebidas gaseosas porque pueden empeorar la deshidratación.
Se ofrece al paciente de media a una taza, o todo lo que acepte después de cada evacuación diarreica, a cucharaditas o a sorbos para que no vomite; si vomita, se le dará más lentamente hasta que deje de vomitar. Existe en el comercio suero oral con sabor, concentrado en sobres para diluir en un litro de agua.
En la dieta se deben de evitar los alimentos muy grasos como las comidas rápidas y los fritos, los ácidos (como el jugo de naranja) o aquellos que contengan cafeína (como el café) y retirar "absolutamente" los lácteos (leche, queso, yogur) por unos días.
Luego, poco a poco, podrá comer alimentos blandos fáciles de digerir, pescado blanco, arroz, zanahorias cocidas, sopas de carne, tortilla francesa, etc.
Puede comenzar a comer nuevamente estos alimentos a los tres días aproximadamente, cuando hayan desaparecido todos los síntomas de la enfermedad.
Están CONTRAINDICADOS los antibióticos y los antidiarreicos, ya que el cuadro debe evolucionar de manera natural y estos medicamentos pueden generar complicaciones, en especial al ocultar signos de enfermedad grave. El médico es el único que puede decidir cuándo usar medicamentos.
La deshidratación es una complicación importante de la gripe intestinal o gastroenteritis vírica, por ello, si los vómitos y diarrea son persistentes y no ceden se deberá pedir atención médica.
La gripe intestinal o gastroenteritis vírica no suele durar más de uno a tres días. Sin embargo, pueden pasar de una a dos semanas antes de que los hábitos intestinales vuelvan completamente a la normalidad.
Finalmente, la prevención juega un papel importante. En sitios con agua no apta para el consumo humano, esta debe ser tratada o se debe consumir solo embotellada. Las personas enfermas con gastroenteritis víricas deben evitar el contagio a otros con el lavado adecuado de manos y de elementos o superficies contaminados y evitando involucrarse en la preparación de alimentos.
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