
¿Qué deberíamos saber?
Se considera heridas menores a aquellas lesiones que causan daño en la piel, pero que no suelen requerir atención médica y se tratan con primeros auxilios.
Se incluyen entre las heridas menores los cortes (laceraciones), rozaduras (abrasiones), rasguños, arañazos o quemaduras de poca consideración.
Por lo general, este tipo de lesiones no suelen requerir atención en urgencias. Es esencial, sin embargo, tratar adecuadamente la infección u otras complicaciones de las mismas.
Es importante anotar que una herida menor localizada en una zona vital como cabeza, cuello o producida por un trauma severo como, por ejemplo, un accidente automovilístico, requiere siempre de atención médica.
¿Cuál es el procedimiento de control de heridas menores?
A continuación, se indican unos cuantos pasos a seguir en el control de heridas menores.
- Lavarse bien las manos y, en lo posible, utilizar guantes para protegerse al manipular cualquier herida.
- Parar la hemorragia. Se hace aplicando presión con un apósito seco o empapado en algún producto hemostático (agua oxigenada). Procurar mantener elevado el sitio donde está la herida.
- Si el sangrado es persistente y continúa después de varios minutos de ejercer presión sobre la zona, buscar inmediatamente cuidado urgente.
- No quitar ningún elemento presente en la herida porque puede empeorarse el daño y no tratar de arrancar la ropa pegada.
- No quitar los coágulos de sangre.
- No usar torniquetes si no se sabe cómo hacerlo.
- Mantener la herida limpia. Lavar la zona de la herida con agua y jabón, quitando toda suciedad de los bordes de la herida. También se puede aplicar una solución antiséptica local. A continuación, debe cubrirse la herida con un vendaje protector, idealmente un apósito con algún ungüento antiséptico, a menos que el corte sea en la cara, en cuyo caso se deja al aire con una simple capa de antiséptico.
- Intentar no mover a la persona si se sospecha que tenga una fractura (rotura de un hueso).
- En caso de quemaduras, enfriar la quemadura bajo el agua y procurar no aplicar ninguna otra sustancia ni manipular la herida.
- Siempre considerar la profilaxis contra el tétanos dependiendo de los antecedentes de vacunación de cada persona.
¿Cuándo se necesitan puntos?
Una herida puede requerir puntos para juntar los bordes de la misma y para la cicatrización correcta.
Además de la sutura clásica con aguja y algún tipo de seda, nylon o materiales autoabsorbibles, ahora se dispone de grapas y adhesivos quirúrgicos.
A veces, puede evitarse el uso de puntos de sutura con una tira o dos de cinta adhesiva quirúrgica (Steri- strips®).
Estos procedimientos siempre deben ser realizados por personal médico entrenado.
Las heridas que pueden necesitar una sutura son las siguientes:
- Heridas de más de 2 cm de longitud y 6 mm de profundidad y que se vean muy abiertas o sean muy irregulares.
- Heridas muy profundas que lleguen a afectar la grasa, el músculo e incluso el hueso.
- Los cortes profundos cerca de las articulaciones.
- Heridas en las manos y en la cara: afectan tanto la función como la estética y, por lo general, requieren ser manejadas por un cirujano plástico.
- Heridas que continúan sangrando después de diez minutos de presión directa.
Por lo general, las heridas sin complicaciones se dejan abiertas si ya han pasado más de seis horas de la lesión porque, al suturarlas, se podría aumentar el riesgo de infección.
En otros casos como mordeduras de humanos o animales o heridas muy contaminadas con suciedad o en traumas por aplastamiento, se lava y desinfecta bien la herida y se deja abierta o, más adelante, se sutura en su totalidad o solo una parte dependiendo del caso, al tiempo que se prescriben antibióticos y se vigila de cerca su evolución.
¿Cuáles son los signos de peligro?
Se debe consultar al médico si hay una herida en los siguientes casos:
- Si la herida tiene alguna de las características mencionadas que indican que debe ser suturada.
- Si la herida aparece inflamada, es decir, tumefacta y enrojecida, o si rezuma pus u otros líquidos, ya que puede existir una infección que requiera tratamiento adicional.
- Si se sospecha que hay sangrado arterial, es decir si hay salida de sangre roja brillante en pulsos similares al latido cardiaco. La consulta en este caso debe ser inmediata sin dejar de presionar con fuerza sobre la zona de la herida.
- Si hay heridas en cabeza y cuello, en especial si sangran mucho o la persona se siente mareada o pierde el conocimiento.
- Si la zona alrededor de la herida pierde sensibilidad y se siente como “dormida”. Puede implicar el daño de un nervio.
- Si hay fiebre.
- Si el dolor es excesivo e impide el movimiento.
- Si es una herida que se produjo con un punzón, cuchillo delgado o elementos similares o cualquier otra herida muy profunda así sea pequeña. Estas heridas pueden tener consecuencias que no se ven a simple vista, sangrado interno y se infectan más fácilmente.
- En caso de presentar problemas de salud que pueden complicar una herida como:
- Diabetes
- Enfermedades con disminución de la coagulación de la sangre (hemofilia, trombocitopenia, etc.) o consumo de medicamentos anticoagulantes
- Consumo de corticoesteroides (medicamentos como prednisona, dexametasona, etc.)
- Enfermedades graves de la piel
- Si no se ha tenido un refuerzo de la vacuna contra el tétanos en los últimos diez años.
- Si hay una herida crónica: es la herida que no ha cicatrizado tres meses después de la lesión inicial. Ejemplos de heridas crónicas son las úlceras diabéticas, las úlceras venosas (por várices o insuficiencia venosa crónica) y las úlceras de presión por decúbito en las personas postradas por largo tiempo.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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