La hemoptisis procede normalmente de los pulmones o de la tráquea. Puede ocurrir por infección bronquial o pulmonar (especialmente tuberculosis), por lesiones traumáticas en el pecho, y por cáncer de pulmón.
La hemoptisis precisa, asimismo, asistencia médica de urgencia inmediata, sobre todo si la persona expectora grandes cantidades de sangre. Mientras se espera la ayuda, la persona debe estar tumbada de lado y no debe intentar comer o beber nada, mientras no se aclare el origen del sangrado.