La histerosalpingografía es una prueba diagnóstica que permite visualizar, mediante radiografías, el útero y las trompas de Falopio tras introducir, vía vaginal en la cavidad uterina, un contraste radiológico.
Se suele realizar especialmente para estudiar la esterilidad femenina (incapacidad de quedar embarazada) o para establecer la causa de abortos espontáneos recurrentes (infertilidad).
En los últimos años se ha desarrollado el mismo examen, pero realizado mediante ultrasonidos (ecografía) evitando los riesgos de la radiación: la histerosalpingosonografía.
En esta versión ecográfica se realiza un procedimiento similar, pero para contrastar la imagen se utilizan la galactosa o un gel espumoso.
La histerosalpingografía es una prueba que permite detectar:
También permite evaluar si la cirugía de recanalización de una esterilización quirúrgica femenina tuvo éxito.
En ocasiones, la colocación de medio de contraste sirve para abrir los conductos previamente obstruidos, de manera que se convierte en un tipo de tratamiento contra la infertilidad femenina.
Suele realizarse generalmente en los días 7-10 del ciclo menstrual (después de finalizada la menstruación y antes de la ovulación).
Suele realizarse un enema de limpieza la noche anterior y/o dos horas antes de la exploración, para eliminar el contenido fecal intestinal que pudiera dificultar la interpretación de la histerosalpingografía.
Algunos radiólogos recomiendan una cobertura antibiótica.
El examen es realizado por un ginecólogo y es similar al examen ginecológico usual: la mujer se acuesta y separa las piernas con las rodillas flexionadas; el médico coloca un espéculo en la vagina para poder ver el cuello del útero e insertar un catéter delgado por el cual se introducirá el medio de contraste y luego retira el espéculo.
Posteriormente, la paciente se coloca bajo la cámara de rayos X donde se realiza una fluoroscopia que es una radiografía continua para ver cómo se transporta el medio de contraste por los órganos internos permitiendo detectar, principalmente, obstrucciones.
Se verifica que las imágenes tomadas por el ginecólogo estén completas y se da fin al examen.
Las imágenes en formato digital son evaluadas por un médico radiólogo quien emite un diagnóstico con base en los datos de la historia clínica y, a veces, con los resultados de otros exámenes (histerosalpingografías previas, ecografías, etc.) y puede recomendar la toma de otros exámenes o la repetición de la histerosalpingografía en cierto tiempo.
En la histerosalpingosonografía el procedimiento es casi igual, excepto que, en lugar de rayos X, el ginecólogo realiza una ecografía transvaginal luego de aplicar el contraste y emite un diagnóstico inmediato.
No debe realizarse la histerosalpingografía en caso de:
Es una técnica que tiene pocas complicaciones entre las que destacan:
Las reacciones alérgicas al medio de contraste son muy poco frecuentes.
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