
¿En qué consiste la retinopatía diabética?
La retinopatía diabética es una complicación ocular causada por la diabetes en la que se ven afectados los vasos sanguíneos de la retina.
La retinopatía diabética es una de las principales causas de pérdida de visión irreversible en adultos.
Tiene una progresión generalmente lenta y se puede prevenir con un control adecuado de la diabetes y un seguimiento médico periódico.
¿Qué tipos de retinopatía diabética existen?
Existen dos tipos de retinopatía diabética:
- Retinopatía diabética no proliferativa (RDNP): Es la etapa temprana de la enfermedad. Los vasos sanguíneos de la retina presentan daños. Los síntomas suelen ser leves o inexistentes, pero es necesario un control periódico para evitar que avance a la forma proliferativa.
- Retinopatía proliferativa (RDP): Es la etapa avanzada de la enfermedad en la que los vasos sanguíneos dañados se cierren y bloquean el flujo sanguíneo normal. Como consecuencia, se crean nuevos vasos sanguíneos más frágiles (neovascularización) que pueden causar hemorragias en el ojo causando visión borrosa y en casos graves desprendimiento de retina.
¿Cuáles son los factores de riesgo más importantes para desarrollar retinopatía diabética?
El factor de riesgo más importante es la duración de la diabetes, sobre todo para la retinopatía proliferativa.
El control metabólico durante años también parece ser importante y, en general, la prevalencia de retinopatía diabética en la población diabética aumenta según vamos descendiendo por las categorías de buen, moderado y mal control.
Sin embargo, algunos casos con buen control desarrollan una retinopatía rápidamente, mientras que otros con un mal control se libran de ella. Deben existir, por tanto, otros factores determinantes, que podrían ser genéticos.
¿Qué incidencia tiene?
A nivel mundial, se estima que la prevalencia de la retinopatía diabética entre los pacientes diabéticos se encuentra entre el 29 y el 33%.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Al principio no suelen notarse síntomas, pero según avanza la enfermedad pueden aparecer los siguientes:
- Visión borrosa o nublada.
- Pérdida progresiva de la visión.
- Puntos oscuros o flotantes en el centro de la visión denominados "moscas volantes".
- Dificultad para ver en la oscuridad.
- Cambios en la percepción de los colores (colores atenuados o apagados).
¿Cómo puede diagnosticarse y valorarse?
Para conocer el grado de alcance de la retinopatía diabética se pueden realizar las siguientes pruebas:
- Oftalmoscopia: Exploración del ojo mediante un aparato emisor de luz que permite observar la retina realizada con la pupila dilatada.
- Angiografía fluoresceínica: Método mediante el cual se introduce un contraste que permite ver el trayecto de las pequeñas arterias y venas que circulan por el interior del ojo. Esta exploración es más sensible y permite cuantificar los beneficios del tratamiento.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Los tratamientos para la retinopatía diabética pueden incluir:
- Fármacos anti-FCEV (antifactor de crecimiento endotelial vascular) como Avastin, Eylea y Lucentis que retrasan el crecimiento de vasos sanguíneos en el ojo. Se administran mediante inyecciones en los ojos.
- Cirugía con láser para sellar los vasos sanguíneos dañados.
- Vitrectomía para casos más avanzados que consiste en eliminar la sangre del ojo.
¿Qué medidas de prevención se deben tomar?
La ceguera derivada de la retinopatía diabética se puede prevenir y es labor del médico realizar una revisión oftalmológica anual a todos los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 con 5 años o más de evolución y desde el momento del diagnóstico a todos los que padecen diabetes tipo 2.
Entra dentro de las responsabilidades de las Autoridades Sanitarias el ofrecer las facilidades necesarias para llevar a cabo esta prevención.
¿Cuál es el pronóstico de la retinopatía diabética?
La edad cronológica en el momento de aparición de la diabetes mellitus y la duración de la misma tienen un marcado efecto sobre el momento de aparición de la retinopatía.
Después de 20 años de diabetes mellitus casi todos los pacientes muestran algún tipo de retinopatía. En los diabéticos más jóvenes el intervalo medio entre el diagnóstico de diabetes y el desarrollo de retinopatía es de 13 años, mientras que en aquellos que desarrollan diabetes después de los 60 años, el intervalo es de 5 años; de hecho, el 5% de los que padecen diabetes tipo 2 tiene una retinopatía establecida en el momento del diagnóstico.
Afortunadamente, puede existir una retinopatía de grado considerable sin disminución de la agudeza visual, y el pronóstico puede ser optimista. Sin embargo, en cerca del 15 %, la retinopatía es tan grave que, si no se trata, aparecerá una importante disminución de la agudeza visual.
Los pacientes necesitan estar informados sobre la posibilidad de desarrollar una retinopatía diabética y de la importancia del control metabólico estricto para su prevención. Deben informar de cualquier síntoma visual nuevo que aparezca.
Debe destacarse la importancia de realizar una revisión oftalmológica anual.




Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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