La glucemia es el nivel de azúcar (glucosa) que hay en la sangre. En condiciones normales, oscila entre 75 y 175 mg/dl, aunque esto es ligeramente variable según el laboratorio que haga la medida.
En pacientes en los que es importante conocer los niveles de glucosa en sangre, normalmente los diabéticos, existen varios modos de realizar las medidas. El que da más información acerca del nivel de azúcar sanguíneo en el momento de hacer la medición, es la determinación de la glucemia en sangre.
Esta determinación puede hacerse en laboratorio, pero es poco práctica para el control diario y para el ajuste de la insulina, por lo que existe un método alternativo, fácil de usar y muy fiable, que consiste en el uso de una tira reactiva, una pequeña maquinita medidora que se llama reflectómetro o medidor, y una gota de sangre del paciente.
Normalmente se utiliza sangre capilar, obtenida mediante un pequeño pinchazo en la yema de un dedo. Los pacientes diabéticos suelen tener que realizarse esta medida una o varias veces al día. Es recomendable anotar los resultados en una libreta, y dárselos al médico en cada consulta, de manera que éste pueda hacerse una idea del control del paciente entre visita y visita.
El resultado aparecerá en la pantalla del aparato cuando haya terminado la medida. Según los modelos, suele avisar con un pitido de que ya ha terminado de medir y que el resultado que presenta es ya definitivo.
La fiabilidad es muy superponible a la obtenida mediante análisis en un laboratorio clínico estándar, siempre que se guarden ciertas precauciones.