¿Qué es el trastorno esquizotípico de la personalidad?
El trastorno esquizotípico de la personalidad se caracteriza por un patrón de déficit sociales e interpersonales en el sujeto que lo padece, caracterizados por un malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como por distorsiones cognitivas y perceptivas y excentricidades del comportamiento. Este patrón comienza al principio de la edad adulta y se observa en diversos contextos.
¿Cómo se manifiesta?
Existen nueve criterios que caracterizan la personalidad esquizotípica, de los cuales se deberán cumplir al menos cinco para que pueda ser diagnosticado el trastorno. Son los siguientes:
- Ideas de referencia, excluidas las ideas delirantes de referencia (ideas de referencia son por ejemplo interpretaciones incorrectas de incidentes casuales como si fueran especialmente relevantes para el sujeto)
- Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas de la cultura a la que pertenece el sujeto (por ejemplo, superstición, telepatía, fantasías extrañas, etc.)
- Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales (pueden sentir que tienen poderes mágicos especiales sobre los demás, etc.)
- Pensamiento y lenguaje raros (por ejemplo vago, metafórico, estereotipado; respuestas demasiado concretas o demasiado abstractas, etc.)
- Suspicacia o ideación paranoide (por ejemplo, pensar que sus compañeros de trabajo están intentando desprestigiarle ante su jefe)
- Afectividad inapropiada o restringida (no suelen ser capaces de exponer todo el abanico de afectos, lo cual les supone una gran dificultad a la hora de relacionarse con los demás)
- Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar (forma tosca de vestir, falta de atención a las convenciones sociales habituales, etc.)
- Falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares de primer grado (los esquizotípicos no suelen encontrarse cómodos relacionándose con otras personas)
- Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con los juicios negativos sobre uno mismo (suelen sentirse ansiosos en situaciones sociales, especialmente en las que implican a gente desconocida)
Además de cumplir al menos cinco criterios, como ya hemos señalado, para poder realizar el diagnóstico de trastorno esquizotípico, hay que verificar que estas características no aparezcan exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia ni en el de ningún trastorno psicótico, sino de forma continuada en la vida del sujeto.
¿Cómo son éstos sujetos?
En la vida cotidiana, los individuos con este trastorno suelen buscar tratamiento para los síntomas asociados de ansiedad, depresión u otros estados de ánimo alterados, más que para el trastorno de personalidad en sí mismo. Además, pueden experimentar episodios psicóticos transitorios, sobre todo en respuesta a situaciones estresantes. Otra característica es que aproximadamente la mitad de los sujetos esquizotípicos son diagnosticados además de trastorno depresivo mayor cuando son asistidos en un centro clínico. Finalmente, este trastorno se puede presentar simultáneamente con otros trastornos de la personalidad como el esquizoide, el paranoide, por evitación y límite.
¿Cuántas personas la padecen?
En cuanto a la prevalencia, el trastorno esquizotípico se observa aproximadamente en el 3% de la población general, siendo un poco más frecuente en varones que en mujeres. En cuanto al curso que sigue el trastorno, podemos decir que es relativamente estable a lo largo de la vida del sujeto, y sólo un pequeño número de sujetos desarrolla una esquizofrenia u otro trastorno psicótico. Por último, en cuanto al patrón familiar, se ha demostrado que el trastorno esquizotípico se da más en individuos con familiares de primer grado afectados de esquizofrenia que en individuos con familiares sanos; además, también se ha observado que los esquizotípicos tienen más probabilidad de tener hijos con esquizofrenia que las personas sanas. (según el DSM-IV).
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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