
¿Qué es la depresión post-parto?
La depresión post-parto es una depresión de diversa intensidad que aparece con más frecuencia en las cuatro primeras semanas tras el parto pero puede incluso aparecer hasta un año después.
También se ha denominado depresión periparto porque algunas mujeres presentan los síntomas depresivos incluso durante el embarazo y es muy importante detectarlos de manera precoz.
Aunque hasta el 85% de mujeres sufren cambios importantes del estado de ánimo después del parto, para la mayoría no representa un problema.
Sin embargo, del 10 al 15% de mujeres pueden presentar problemas de salud mental graves que precisan tratamiento.
¿Cuál es la causa que provoca la depresión post-parto?
Los cambios hormonales, unidos a los cambios en la situación de vida con un miembro nuevo en la familia, son aparentemente la causa de la depresión post-parto. Por ello, el apoyo familiar y de los amigos es de gran ayuda.
Los factores de riesgo para padecer esta depresión son:
- Edad menor de 20 años.
- Consumo de alcohol, tabaco o drogas de forma activa.
- Embarazos no deseados.
- Antecedentes de ansiedad o depresión previos.
- Problemas en el embarazo o parto dificultoso.
- Malas relaciones de pareja o familia.
- Problemas sociales o económicos para soportar el aumento de la familia.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión post-parto?
Podemos diferenciar la depresión puerperal, que es muy frecuente, de la depresión postparto.
La depresión puerperal aparece tras el parto por un periodo corto de tiempo y aparece con un cuadro de ansiedad, irritación, tristeza con llanto, etc., pero desaparece pronto sin tratamiento.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales o DSM 5, se habla de depresión post-parto cuando se repiten cinco o más de los siguientes síntomas de forma diaria (todo el día o casi todo el día) durante un periodo mayor a dos semanas.
- Sentirse triste.
- Perder el interés por las cosas que le gustaban.
- Alteraciones del sueño: pérdida (insomnio) o exceso de sueño (hipersomnia).
- Cambios en el apetito.
- Falta de energía incluso si se duerme bien.
- Sentirse excesivamente cansada o por el contrario especialmente inquieta, por ejemplo, al hablar o al realizar sus actividades usuales.
- Excesivos sentimientos de culpa, fracaso o decepción.
- Dificultad para concentrarse o incapacidad de tomar decisiones o de recordar.
- Sentir que la vida no merece la pena incluso con pensamientos de suicidio, tanto si se trata de deseos, planes o intentos.
Además, la depresión puede manifestarse con algunos problemas físicos:
¿Cómo se puede detectar la depresión post-parto?
La aparición de estos síntomas, con la ayuda de cuestionarios específicos, puede ofrecer un diagnóstico preciso.
Se recomienda indagar acerca de estos síntomas en todas las mujeres en un control médico entre el tercer y sexto días post-parto para realizar un diagnóstico temprano.
La principal diferenciación que es necesario realizar es con la tristeza o melancolía post-parto que suele ser leve y breve y el síndrome confusional que es un trastorno de atención.
Luego hay que descartar problemas tiroideos o anemia, especialmente por deficiencia de hierro, para concretar tan sólo el problema psicológico.
Las mujeres con antecedentes de enfermedades mentales previas requieren un seguimiento más estrecho.
¿Cuál es el tratamiento recomendado en la depresión post-parto?
En el momento de realizar el diagnóstico, lo primero que se debe hacer es verificar si se trata de una depresión grave.
En caso de presentarse ideas suicidas o síntomas mentales severos como alucinaciones auditivas (escuchar voces), la mujer debe ser evaluada de inmediato por un especialista en psiquiatría en una sala de urgencias.
Esto busca salvaguardar la vida de la madre y su recién nacido.
A veces es necesaria la hospitalización hasta que se logre estabilizar el estado de ánimo y luego se continúa el manejo con medicamentos antidepresivos como la nortriptilina, paroxetina y sertralina y terapia psicológica siempre con controles periódicos con el psiquiatra.
En casos de depresión leve a moderada se puede optar por terapia psicológica o, a veces, con atención hospitalaria algunas horas al día, en especial en mujeres que no usen antidepresivos porque están lactando.
La terapia psicológica incluye intervenciones con la familia.



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico