La pediculosis es la infestación del vello púbico por ladillas (piojos) o sus huevos. Se considera una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Las ladillas se conocen como Pediculus pubis o Phthirius pubis y su transmisión es por contacto entre el vello de dos personas o bien al compartir la misma ropa.
La presencia de ladillas produce picor, pero no lesiones cutáneas. Si se producen lesiones es debido al rascado subsecuente o por infección asociada.
Se pueden observar por simple inspección del vello tanto las ladillas como sus huevos y, en todo caso, con una lupa de aumento son claramente reconocibles.
En jóvenes, puede ocurrir una infección de los párpados, con una blefaritis, por lo que debe observarse en las cejas y pestañas la posible existencia de ladillas o sus huevos.
Los principales factores de riesgo son:
Los principales síntomas son:
El diagnóstico se realiza por la visión de las formas adultas en movimiento o los huevos en los pelos (a veces es necesario una lupa).
Los dos tratamientos de primera línea recomendados, incluso para mujeres embarazadas, son:
Los tratamientos en caso de resistencia a los dos primeros o no disponibilidad de los mismos se administran con prescripción médica y son:
En caso de ladillas en las pestañas o párpados no se deben usar medicamentos. Se recomiendan los ungüentos oftálmicos o la vaselina pura colocados con cuidado, procurando no tocar los ojos, dos veces al día durante diez días.
Ya no se recomienda el uso de lindano por la complejidad de la administración y por su toxicidad en mujeres embarazadas, niños menores de diez años y personas con grandes lesiones en la piel.
Además, para terminar de matar los ectoparásitos y evitar una nueva infestación, es necesario lavar toda la ropa y los elementos que hayan estado en contacto con la infestación: sábanas, mantas, etc. a temperaturas altas o someterlos a lavado en seco.
Si eso no es posible, se debe evitar el contacto con estos elementos (meterlos en bolsas de plástico durante por lo menos 72 horas).
No se recomienda el uso de insecticidas.
Los contactos sexuales con evidencia de huevos o ladillas deben ser tratados.
En una semana debe haber un control médico y, si se observa todavía la infestación, se da un tratamiento diferente hasta lograr la curación.
La infección por ladillas no tiene en sí ninguna gravedad, pero como su transmisión es sexual se debe evaluar si ha habido contacto otras infecciones de transmisión sexual.
Se recomienda hacer pruebas de VIH, sífilis, clamidiasis y gonorrea.
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