La leucemia mielomonócitica crónica es un tipo de cáncer de la sangre que suele cursar con aumento de monocitos en la sangre y blastos en la médula ósea.
Los monocitos son un tipo de glóbulos blancos y los blastos son células sanguíneas inmaduras que se encuentran en la médula ósea.
La leucemia mielomonocítica crónica se clasifica como una neoplasia mielodisplásica/mieloproliferativa. Es decir, tiene componentes de los síndromes mielodisplásicos y también de las neoplasias mieloproliferativas.
Los síndromes mielodisplásicos se caracterizan porque las células sanguíneas mieloides en la médula ósea no se convierten en células sanguíneas sanas (sufren displasia) y las neoplasias mieloproliferativas por una formación descontrolada de precursores de células sanguíneas de tipo mieloide.
No se conocen claramente las causas de la enfermedad pero parece estar relacionado con mutaciones en los genes TET2 situado en el cromosoma 4 (4q24), SRSF2 situado en el cromosoma 17 (17q25.1) o ASXL1 situado en el cromosoma 20 (20q11.21)
También existen algunos factores de riesgo que pueden provocar su aparición:
Tiene una incidencia de 3 casos por 100.000 habitantes y suele aparecer entre los 65 y los 75 años y con más frecuencia en hombres que en mujeres (2 a 1).
No suele producir síntomas ni dolor. Si se produce algunos suelen ser muy generales como:
En un análisis de sangre se presentan los siguientes resultados:
El diagnóstico ha de confirmarse con:
La enfermedad se puede tratar pero los resultados no son muy satisfactorios ya que la enfermedad sigue su curso.
Algunos de los medicamentos quimioterapeúticos que se utilizan son:
El alotrasplante de células madre es la única opción de curación pero se necesita un donante HLA compatible y no siempre es posible por la edad de los pacientes y las complicaciones que presenta por padecer otras enfermedades.
El pronóstico es malo y se estima una supervivencia media de entre 6 meses y 2 años aunque en un pequeño porcentaje la evolución es más lenta y la supervivencia mayor.