Los linfangiomas son quistes o tumores benignos de los vasos linfáticos del cuerpo.
Suelen localizarse en la zona del cuello, axilas o zona media del pecho. La región cervical es la zona donde aparecen de forma más frecuente.
Los vasos linfáticos son los encargados de reabsorber los líquidos de los tejidos para devolverlos a la sangre.
Los linfangiomas se clasifican en tres tipos dependiendo del tipo de dilatación de los vasos linfáticos:
Es raro que un quiste se componga de un solo tipo.
Es una enfermedad congénita, es decir, heredada de los padres y que se presenta al nacer o en la niñez. Se produce por la acumulación en el feto de material embrionario formado por glóbulos blancos y líquido. Los vasos afectados se dilatan con el tiempo, pudiendo llegar a comprimir las estructuras vecinas.
Tiene una incidencia de 1 caso por cada 6000 recién nacidos.
Suelen iniciarse como una pequeña masa que puede pasar inadvertida en el recién nacido pero que irá aumentando de tamaño a medida que pase el tiempo.
No son malignos, pero pueden causar gran deformación física y, debido a su localización pueden comprimir estructuras vecinas pudiendo causar:
Si no se tratan pueden llegar a comprometer la vida del paciente por afectación de la vía aérea.
Puede detectarse con una ecografía durante el embarazo a partir del cuarto mes.
Otras pruebas que pueden ayudar a su diagnóstico son:
El tratamiento consiste en la extirpación completa del tejido afectado. Sin embargo, pueden llegar a afectar tejidos vecinos, siendo imposible su extirpación en estos casos.
Si son pequeños y no causan gran deformidad ni síntomas pueden dejarse en observación.
Aún con la extirpación, si ésta no ha sido completa, reaparecen con elevada frecuencia.
Existen alternativas a la cirugía, pero sus resultados son más bien pobres:
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