El neuroblastoma es un tipo de cáncer que habitualmente se origina en los tejidos de la glándula suprarrenal o en los ganglios del abdomen del sistema nervioso. Los ganglios son masas de tejido nervioso o grupos de células nerviosas.
Estos tumores se desarrollan normalmente en el tejido nervioso del cuello, pecho, abdomen o pelvis. Aproximadamente el 60% de los neuroblastomas están localizados en las glándulas suprarrenales situadas encima de los riñones.
El neuroblastoma es uno de los pocos tipos de cáncer que segrega hormonas.
Es un tipo de cáncer que afecta especialmente a los niños menores de 2 años. Casi la mitad de los casos de neuroblastoma afecta a este segmento de población.
Tiene una incidencia de 6 a 8 casos por un millón. Es el tercer cáncer infantil más común con aproximadamente el 7.5% de los casos de cáncer infantil y el más frecuente durante el primer año de vida.
No se conocen con precisión las causas de esta enfermedad. Las investigaciones actuales sostienen que los neuroblastomas se desarrollan cuando las células producidas por el feto (neuroblastos) no logran madurar en células nerviosas o adrenales normales y siguen proliferando.
El neuroblastoma puede tener alguna componente genética.
El primer síntoma del neuroblastoma suele ser el crecimiento de un bulto inusual en el abdomen del niño, que le causa molestias o dolor.
Debido a la presión causada por el tumor pueden aparecer otros síntomas como:
Además, en uno de cada cuatro casos también puede presentarse fiebre.
Otros síntomas que pueden aparecer ocasionalmente son:
Si el cáncer se extiende a los huesos puede aparecer dolor de huesos, si se extiende a la parte posterior de los ojos puede causar ojeras y si comprime la médula espinal parálisis.
El diagnostico de neuroblastoma generalmente requiere análisis de sangre y orina para determinar la naturaleza y la cantidad de químicos (neurotransmisores) liberados por las células nerviosas. Casi todos los neuroblastomas segregan catecolaminas o derivados que pueden ser detectados en la orina.
También se pueden usar técnicas de imagen para apreciar el tumor como:
Para confirmar el diagnóstico, el médico puede extraer quirúrgicamente tejido del tumor y examinar las células al microscopio.
El tratamiento variará dependiendo de la fase de la enfermedad en la que esté el paciente. Dependerá en gran medida si el tumor puede ser extirpado y de si se ha extendido a otras zonas próximas o distantes.
En más de la mitad de los casos cuando se detecta ya se ha producido la metástasis y en ese caso el pronóstico es malo.
En función del tipo de tumor y su extensión existen cuatro tipos de tratamientos posibles: