La alcalosis metabólica es un trastorno caracterizado por la elevación de la concentración de bicarbonato y del pH de la sangre.
La alcalosis metabólica es un desequilibrio en el pH del organismo producido por la acumulación de sustancias alcalinas, como por ejemplo el bicarbonato, que no pueden ser compensadas con las sustancias ácidas del organismo.
La alcalosis metabólica es una descompensación del balance ácido/base del organismo. Ocurre cuando hay más sustancias alcalinas que ácidas en el cuerpo. El pH describe cómo de ácida o alcalina es una sustancia en una escala de 0 a 14.
pH >7 Indica que la sustancia es alcalinapH=7 pH neutropH <7 Indica que la sustancia es ácida.
El pH de la sangre suele ser ligeramente alcalino con valores entre 7.36 y 7.44
Algunas situaciones como los vómitos o el aumento de la frecuencia urinaria por consumo de medicamentos pueden suponer la pérdida de sodio y potasio alterando el equilibrio entre los fluidos y las sales haciendo que la sangre se vuelva más alcalina.
La alcalosis metabólica puede ser causada por una pérdida excesiva de ácidos (por vómitos, por ejemplo) o por la administración excesiva de sustancias alcalinas (bicarbonato sódico para tratar la acidez o la úlcera gástrica).
Las causas más frecuentes que pueden producir alcalosis metabólica son:
El principal síntoma de la alcalosis metabólica es una cadencia respiratoria lenta.
Se pueden presentar también episodios de apnea (interrupción de la respiración) de 15 segundos o más.
Además, por falta de una correcta oxigenación se puede desarrollar cianosis que consiste en una coloración azulada de la piel.
Otros síntomas que pueden presentarse son:
Las alcalosis metabólicas severas que no se tratan pueden derivar en:
Para confirmar la existencia de alcalosis metabólica si se presentan los síntomas característicos se pueden realizar las siguientes pruebas diagnósticas:
Se deben investigar las causas que producen la alcalosis metabólica para tratar de revertirlas.
Para restablecer el equilibrio ácido/base se puede administrar fluidos de forma intravenosa. Suelen ser soluciones salinas.
También puede ser necesario en función de cada caso administrar medicamentos para el control de la presión arterial o controlar las náuseas y los vómitos.