El bocio multinodular tóxico consiste en la aparición en la tiroides de múltiples nódulos hiperactivos que producen un exceso de hormonas tiroideas provocando hipertiroidismo.
También se denominada enfermedad de Plummer, en honor de la persona que lo describió por primera vez.
El bocio multinodular tóxico es la segunda causa más frecuente de padecer hipertiroidismo primario después de la enfermedad de Graves.
Suele ser una enfermedad progresiva donde los nódulos crecen lentamente durante años, pero no suele progresar a cáncer. Se estima que pueden volverse malignos alrededor del 15% de los casos.
Las causas principales de la aparición de la enfermedad son básicamente:
Es una enfermedad con gran incidencia en áreas de bajo consumo de yodo.
Además, es más frecuente su aparición en personas mayores, a partir de los 50 años.
Se caracteriza por padecer hipertiroidismo y un tamaño aumentado de la glándula tiroides (bocio).
Los síntomas característicos del hipertiroidismo incluyen:
La principal diferencia con la enfermedad de Graves es que quienes lo padecen no presentan problemas oculares o en la piel.
En un análisis de sangre primero existe una concentración normal de las hormonas T3 y T4 con la TSH normal o ligeramente disminuida ya que no existe una estimulación de la TSH para producir más hormonas tiroideas.
Posteriormente evoluciona a un estado de hipertiroidismo con una elevación de las hormonas T3 y T4.
Los nódulos tiroideos pueden ser palpables y en la gammagrafía tiroidea suelen aparecer como nódulos tiroideos “calientes” ya que al producir hormonas tiroideas absorben la radiación.
Existen dos tratamientos recomendados:
En algunos casos puede ser adecuado previamente a cualquiera de los dos tratamientos anteriores administrar medicamentos antitiroideos como metimazol, propiltiouracilo o carbimazol.
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