
¿Qué es la mastoiditis?
La mastoiditis es la inflamación, habitualmente de origen infeccioso, del hueso mastoideo que es parte del hueso temporal, situado detrás del pabellón auricular.
Se caracteriza por la inflamación de las celdillas mastoideas, una porción del hueso temporal. Estas celdillas son pequeñas cavidades llenas de aire conectadas al oído medio.
La mastoiditis suele ser el resultado de la complicación de una otitis media.
Antiguamente era una causa frecuente de mortalidad, pero actualmente, gracias al uso de antibióticos, se trata eficazmente en la mayoría de los casos.
¿Cuál es la causa de la mastoiditis?
La mastoiditis infecciosa suele producirse por la diseminación de una infección del oído medio hacia las celdillas mastoideas, que funcionan como una esponja ósea. La inflamación difusa de estas cavidades puede generar destrucción ósea y abscesos.
La infección se suele producir sobre todo por las siguientes bacterias:
- Streptococcus pneumoniae o neumococo.
- Haemophilus influenzae.
- Streptococcus pyogenes (grupo A).
- Staphylococcus aureus.
Los factores de riesgo para que se presente la mastoiditis son:
- Niños menores de 2 años.
- Falta de vacunación contra el neumococo.
- Hueso temporal previamente alterado por traumas, otras infecciones, tumores, etc.
- Infecciones de repetición o disminución de las defensas naturales del cuerpo ante ellas.
¿Qué tipos de mastoiditis existen?
La mastoiditis se puede subdividir en tres categorías según el mecanismo de infección, como se detalla a continuación:
- Mastoiditis incipiente: Infección de las celdillas mastoideas únicamente, sin afectar al oído medio.
- Mastoiditis aguda coalescente: Es la presentación más común. Consiste en la inflamación del revestimiento epitelial con erosión a través de los tabiques óseos de las celdillas mastoideas. Esta erosión puede progresar a la formación de un absceso intracavitario, que puede extenderse a las estructuras adyacentes.
- Mastoiditis subaguda: Infección persistente o recurrente del oído medio y las celdillas mastoideas, generalmente por tratamiento antimicrobiano inadecuado o incompleto.
¿Qué incidencia tiene la mastoiditis?
Aunque puede presentarse a cualquier edad, la mayoría de los pacientes son menores de dos años.
La incidencia anual de la mastoiditis aguda es baja en países con buena cobertura sanitaria.
- En niños entre 1 y 2 casos por cada 100.000 niños por año.
- En adultos alrededor de 0,1 casos por 100.000 adultos por año.
¿Cuáles son los síntomas de la mastoiditis?
Los principales síntomas de la mastoiditis son:
- Dolor o molestia en el oído.
- Dolor de cabeza (cefalea).
- Enrojecimiento del oído o por detrás de éste a nivel de la mastoides.
- Hinchazón detrás del oído que puede hacer que éste sobresalga.
- Secreción del oído.
- Presencia de fiebre que puede ser alta.
- En lactantes se presenta como irritabilidad, letargo, fiebre y dificultad para alimentarse.
¿Cómo se puede detectar la mastoiditis?
El examen físico y la presión de la zona mastoidea pueden dar ya un diagnóstico clínico de mastoiditis.
Este se puede completar mediante:
- Hemograma: Se puede observar aumento del número de glóbulos blancos (leucocitosis).
- Velocidad de sedimentación globularVSG y Proteína C reactiva PCR elevadas.
- Cultivos de oído, absceso o sangre.
- Tomografía computarizada TC de hueso temporal que muestra:
- Opacificación de celdas mastoideas.
- Destrucción de tabiques óseos.
- Abscesos subperiósticos o intracraneales.
- Resonancia Magnética Nuclear RMN cerebral: Para detectar complicaciones como abscesos o trombosis del seno sigmoideo.
¿Cuál es el tratamiento recomendado para la mastoiditis?
La mastoiditis infecciosa se trata con antibióticos intravenosos en un hospital (cefalosporinas de tercera generación como la ceftriaxona o la cefotaxima).
Dado que las celdillas mastoideas son un conjunto de cavidades poco irrigada de vasos sanguíneos el antibiótico llega mal, por lo que se precisan dosis altas (en vena) por tiempo largo que después se administran por vía oral.
A veces como no se puede solucionar bien se realiza un drenaje o apertura de la zona (mastoidectomía o miringotomía) para extraer el tejido infectado.
Si no se realiza bien el tratamiento se pueden producir complicaciones como la destrucción del hueso mastoideo, presencia de mareo o vértigo, absceso epidural, parálisis facial, meningitis, trombosis del seno venoso cerebral, etc., situaciones todas ellas urgentes y vitales.
Otras opciones de tratamiento quirúrgico son:
- Colocación de tubo de ventilación (timpanostomía).
- Mastoidectomía si no hay mejoría con antibióticos (48 h) o si existe absceso subperióstico o complicación intracraneal.



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico