El prolapso de la válvula mitral se produce cuando la válvula mitral no cierra correctamente durante la sístole (contracción del corazón) provocando un soplo cardíaco y un ruido o chasquido característico.
La válvula mitral está situada en el corazón entre la aurícula y el ventrículo izquierdo. Entre la aurícula y el ventrículo derecho hay otra válvula denominada tricúspide.
La sangre circula desde la aurícula izquierda hasta el ventrículo izquierdo a través de esta válvula. Si la válvula mitral no se cierra correctamente la sangre puede volver a la aurícula en la dirección equivocada.
Cuando el prolapso es grave puede causar insuficiencia mitral (parte de la sangre vuelve a la aurícula) y producir complicaciones graves como embolias cerebrales o endocarditis infecciosa. La insuficiencia mitral ocurre en parte debido al prolapso y en parte a causa de la dilatación del anillo mitral.
El prolapso de la válvula mitral puede ser causado por muchos factores diferentes. Una de las posibles causas puede ser una deficiencia de carnitina. En ocasiones, la enfermedad se hereda de forma autosómica dominante.
Se estima que afecta al 2% de la población y es dos veces más común en mujeres que en hombres.
Aparece con mayor frecuencia en personas que padecen:
La mayoría de los pacientes no presentan ningún síntoma. Si aparecen síntomas los más característicos son:
Para el diagnóstico de la enfermedad pueden realizarse las siguientes pruebas:
En la mayoría de las ocasiones el prolapso de la válvula mitral no requiere ningún tratamiento.
Se puede administrar betabloqueantes para aliviar algunos síntomas como las palpitaciones, la migraña o los mareos ocasionados por la hipotensión ortostática.
Es recomendable que las personas que sufren prolapso de la válvula mitral deban evitar los deportes de competición que requieran un esfuerzo máximo.
El prolapso de la válvula mitral debe ser especialmente controlado en el embarazo, ya que este supone una sobrecarga importante para el sistema circulatorio, sobre todo durante el esfuerzo del parto. Debe realizarse un seguimiento constate por parte del cardiólogo.
En los casos graves en los que el prolapso deriva en una insuficiencia o regurgitación de la válvula mitral la cirugía de reemplazo de la válvula es lo más habitual.