La prostatitis aguda es la inflamación de la glándula prostática (próstata) que se presenta de forma espontánea y repentina.
La próstata es una glándula masculina en forma de nuez situada debajo de la vejiga cuya función es producir líquido prostático que se mezcla en los testículos con los espermatozoides.
La prostatitis aguda frecuentemente es producida por una infección bacteriana de la glándula prostática.
Las bacterias causantes son las mismas que suelen producir una infección urinaria (Escherichia coli, enterococos, Pseudomona aeruginosa y Staphylococcus aureus, etc.).
También se puede producir una prostatitis por algunas infecciones de transmisión sexual, que se suelen ver más frecuentemente en caso de personas menores de 35 años, como la gonorrea, clamidia y las tricomonas. En este caso la infección suele observarse en ambos miembros de la pareja.
En cambio, en los hombres mayores la causa más frecuente suele ser debida a Escherichia coli.
En otras ocasiones la prostatitis es secundaria a traumatismos producidos por exploraciones médicas (cateterismo o cistoscopia), por traumatismos directos, cuadros obstructivos de la vejiga urinaria o por litiasis renal.
Los síntomas iniciales de una prostatitis aguda son:
Al realizar la exploración física mediante un tacto rectal se puede observar que la próstata puede estar inflamada, más grande de lo normal, caliente y sensible al tacto.
Luego se debe realizar una analítica de orina con la toma de varias muestras:
En el análisis de la orina y de las secreciones de próstata aparecen hematíes y bacterias. Posteriormente se puede realizar un cultivo con antibiograma.
En la prostatitis aguda se pueden ver modificados los valores del PSA para la detección del cáncer de próstata y el seminograma.
En la prostatitis aguda infecciosa se utilizan antibióticos como las sulfamidas, las quinolonas o las tetraciclinas.
En hombres jóvenes con una prostatitis por enfermedad de transmisión sexual se utiliza una dosis de 250 mg de ceftriaxona seguida por una serie de 10 días de doxiciclina u ofloxacino.
Para otras causas bacterianas el tratamiento suele ser las sulfamidas o las quinolonas durante 4 semanas.
Se suelen recomendar algunas restricciones en la dieta para evitar los alimentos que irriten la vejiga, como el alcohol, el café, los cítricos y los condimentos fuertes. Además, se recomienda beber agua en gran cantidad durante unos días.