La rotura del tendón de Aquiles se produce cuando dicho tendón se estira por encima de sus capacidades y se rompe.
El tendón de Aquiles (o tendón calcáneo) se encuentra situado en la parte posterior de la pierna y une el hueso del talón con el músculo de la pantorrilla. La función del tendón de Aquiles es la flexión del tobillo para impulsar la marcha al andar, correr o saltar.
Generalmente, la rotura se produce a unos 2 o 4 cm por encima de la conexión entre el tendón y el hueso calcáneo.
Es una lesión muy incapacitante, especialmente en deportistas, ya que impide incluso caminar.
La rotura del tendón de Aquiles suele producirse en personas adultas (en torno a los 25-50 años) mientras practican algún deporte (futbol, baloncesto, tenis, atletismo, etc.), bailando o incluso subiendo escaleras.
A veces, es consecuencia de la existencia de una tendinitis crónica en dicha zona pero normalmente es una lesión espontánea (en más del 95% de los casos) y quienes la sufren no padecían ninguna molestia previa.
Las principales causas que aumentan la posibilidad de sufrir rotura del tendón de Aquiles son:
Cuando se rompe el tendón de Aquiles se siente un chasquido audible acompañado de un dolor fuerte y agudo. Es como si alguien nos hubiera dado una patada o tirado una piedra a la zona.
Además, aparece hematoma e hinchazón en la zona de la rotura y en el tobillo. Suele haber dificultad para la marcha.
Cuando se palpa la zona se percibe una depresión en el talón y la persona no puede quedarse apoyada sobre la punta de los pies.
El diagnóstico se realiza a través de la Maniobra de Thomson. Se coloca a la persona tumbada boca abajo sobre una mesa o camilla con la rodilla apoyada y el pie colgando. En esta situación, se comprimen o aprietan los músculos de la pantorrilla. En un estado normal esta acción provoca una flexión plantar del pie. Si existe rotura no se produce esta flexión.
En ocasiones se realizan pruebas como la ecografía y la resonancia magnética nuclear, pero a veces dan falsos negativos que pueden llevar a confusión por lo que es preferible la maniobra de Thomson.
Existen dos posibilidades para el tratamiento de la rotura del tendón de Aquiles:
Ortopédico:
Quirúrgico:
Existe una menor posibilidad de que se produzca una nueva rotura si se realiza el tratamiento quirúrgico. Sin embargo, el tratamiento quirúrgico puede acarrear algunas complicaciones:
¿Cómo es la rehabilitación después de la operación?
La rehabilitación tras una operación consta de cuatro fases:
1. Protección total del tendón: se inmoviliza con yeso durante 3 semanas.
2. Protección parcial del tendón: se retira el yeso y se coloca una bota Walker (férula articulada tipo Walker) durante otras 3 semanas.
3. Fase sin protección: Se retira la férula y se comienza progresivamente con ejercicios con objetivo de alcanzar el rango completo de movimientos.
4. Fase deportiva: Se retorna a la actividad deportiva con ejercicios de trote y fortalecimiento hasta el retorno a la actividad deportiva con impacto.