El síndrome de anticuerpos antifosfolípidos es una enfermedad autoinmune caracterizada por la aparición de trombosis venosa o arterial (formación de coágulos) que puede provocar abortos espontáneos en mujeres embarazadas.
Se produce por la aparición de unos anticuerpos, del tipo de las inmunoglobulinas, que atacan los fosfolípidos, ácidos grasos de nuestro organismo que forman parte de las membranas de las células.
El síndrome de anticuerpos antifosfolípidos (sAAF) se puede clasificar en:
El síndrome de anticuerpos antifosfolípidos (sAAF) se caracteriza por la aparición de dos anticuerpos concretos:
La causa de su aparición es desconocida. Una infección, la toma de un medicamento o un tumor puede activar la formación de estos anticuerpos.
Se detecta principalmente en pacientes con:
Se estima que el 2% de la población (principalmente a mujeres) tiene niveles significativos de anticuerpos antifosfolípidos y alrededor del 0.2% niveles elevados.
El síntoma más frecuente es la aparición de trombosis venosas en las piernas o arteriales en el sistema nervioso central que suelen producir accidentes cerebrovasculares.
Las mujeres en edad reproductiva, con frecuencia presentan abortos recurrentes espontáneos. Se estima pérdidas fetales entre el 50 y el 90% en embarazadas que presentan el anticoagulante lúpico debido a la formación de trombos.
Un primer indicio que hace sospechar la enfermedad es la aparición de trombocitopenia moderada (plaquetas bajas) en un análisis de sangre.
Para detectar el anticuerpo anticoagulante lúpico se pueden usar diferentes técnicas basadas en el tiempo de tromboplastina, tiempo de caolín o el tiempo de veneno de víbora Russell diluido.
Para la determinación de los anticuerpos anticardiolipina se utiliza la técnica ELISA.
El tratamiento es complejo y hasta el momento no existe ninguno capaz de eliminar la presencia de los anticuerpos antifosfolípidos.
No obstante, existen diferentes fármacos y procedimientos para combatir su presencia. Su empleo depende de cada caso concreto. Los más utilizados son:
Para el tratamiento de las trombosis se utiliza heparina durante la fase aguda y posteriormente anticoagulantes orales (Warfarina).
Algunos de estos medicamentos no pueden usarse durante el embarazo.
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