El aborto espontáneo es la pérdida del feto antes de la semana 20 de embarazo. Si la pérdida se produce después de esta fecha estaríamos hablando de un parto prematuro. En aquellos casos en los que no se expulsa el feto y la placenta hablamos de un aborto retenido.
En la mayoría de los casos los abortos se producen por alteraciones cromosómicas en el feto, que no tiene por qué estar presentes en los genes de los padres, si no que se trata de mutaciones espontáneas.
Hay otras causas de aborto como son:
El riesgo es mayor en mujeres de más edad y en aquellas que han sufrido abortos previos.
Hasta el 50% de los óvulos fecundados se pierden espontáneamente ántes de que haya constancia de embarazo y en las 7 primeras semanas se producen un 15-20% de abortos espontáneos.
Las manifestaciones clínicas pueden ser:
Es importante vigilar y examinar todo el contenido que se expulsa por la vagina para identificar la placenta y diferenciarla de una mola hidatiforme.
En algunos casos es necesario hacer un legrado o administrar fármacos para eliminar todos los restos que queden en el útero.
Se recomienda esperar al menos un ciclo menstrual normal antes de volver a quedarse embarazada.
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