El test de esfuerzo o test de tolerancia al ejercicio es una prueba médica que se realiza para evaluar el rendimiento y la capacidad cardiovascular del paciente mientras realiza ejercicio físico.
No se hace de rutina, pero sí casi siempre que existan síntomas que sugieran enfermedad coronaria, o ante un programa de ejercicio en adultos con factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, diabetes, hipertensión, colesterol alto), o historia familiar de infarto o accidentes cerebrovasculares.
El test de esfuerzo identifica la presencia de enfermedad coronaria en 3 de cada 4 pacientes, y la descarta en un 90%.
Se puede hacer sobre una bicicleta estática o una cinta rodante, pero el principio es el mismo.
Se colocan electrodos por el cuerpo para registro del ECG (Electrocardiograma) y un manguito de tensión, y el paciente pedalea o anda por la cinta rodante.
El médico que supervisa la prueba observa mientras tanto los cambios en tensión arterial, pulso y trazados ECG.
La prueba se completa en media hora, y se abandona antes si aparecen cambios sugestivos de enfermedad en los parámetros observados, o si el paciente no la tolera físicamente, por agotamiento o por dificultad para respirar.
Si el test de ejercicio es anormal, es posible que sean necesarias otras pruebas más complicadas, como cateterismo cardíaco (coronariografía) o estudios de cardiología nuclear.
Una prueba de esfuerzo, además, se puede combinar con el ecocardiograma y con estudios nucleares para definir el pronóstico de diferentes enfermedades del corazón:
Está contraindicado y no se debería realizar la prueba de esfuerzo en caso de:
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