¿En qué consiste?
El cáncer de tiroides es aquel que afecta a una glándula ubicada en el cuello (tiroides) encargada de regular las hormonas tiroideas.
El síntoma más frecuente de cáncer de tiroides es un nódulo y la única manera de saber si un nódulo es canceroso o no es examinarlo (puncionarlo con una aguja o extirparlo para biopsia). El tratamiento del cáncer de tiroides suele ser quirúrgico, salvo que ya se haya diseminado a otras zonas del organismo. Existen cuatro tipos principales de cáncer de tiroides.
La causa del cáncer de tiroides no se conoce, pero se han identificado algunos factores de riesgo. Así, se aconseja que toda persona que haya recibido radiación en la cabeza o el cuello durante la infancia, se revise cada 1 ó 2 años en este sentido.
¿Qué son las hormonas tiroídeas y la glándula tiroides?
Las hormonas tiroideas se producen en la glándula tiroides. La glándula tiroides se localiza en la parte anterior del cuello, bajo la nuez de Adán (-Ver imagen-). Tiene forma de mariposa y abraza a la tráquea. Está formada por 2 lóbulos más o menos iguales que se juntan en el centro. Las hormonas tiroideas son esenciales para la función de cualquier célula del organismo. Ayudan a regular el crecimiento y desarrollo, la frecuercia cardíaca, la tensión arterial, la temperatura corporal y la tasa metabólica del cuerpo, o sea, la velocidad con la que la comida se convierte en energía.
La glándula tiroides utiliza yodo para fabricar las hormonas tiroideas. Las 2 hormonas tiroideas más importantes son la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). La T4 tiene 4 moléculas de yodo, mientras que T3 sólo lleva 3. El yodo necesario para fabricar hormonas tiroideas se encuentra en pescados y mariscos, en el pan y en la sal yodada de mesa.
¿Qué tipos existen?
El cáncer de tiroides representa el 1 % de todos los cánceres. Hay 4 tipos principales de cáncer de tiroides: papilar, folicular, medular y anaplásico.
- Papilar. Representa el 60 % del cáncer de tiroides. Son tumores que se desarrollan a partir de células productoras de hormonas tiroideas yodadas. De crecimiento muy lento. Se suelen tratar con éxito, incluso si existe diseminación local a ganglios linfáticos.
- Folicular. Representa el 17 % del cáncer de tiroides. Son tumores que también se desarrollan a partir de células productoras de hormonas tiroideas yodadas. Suelen ser "encapsulados", es decir, metidos dentro de una membrana. Se pueden tratar con éxito, aunque pueden ser difíciles de controlar si se salen de la cápsula e invaden estructuras vecinas.
- Medular. 5 % del cáncer de tiroides. Son tumores que se desarrollan a partir de unas células que producen hormonas tiroideas no yodadas. De crecimiento muy lento, pero mucho más difíciles de controlar que los anteriores, porque se diseminan muy rápido. 1 de cada 10 casos de cáncer medular de tiroides es familiar.
- Anaplásicos. Representan el 18 % del cáncer de tiroides, y se dan a partir de los 60 años de edad. Son los tumores de tiroides que más rápido se desarrollan y se diseminan, y los más graves de todos.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
La causa del cáncer de tiroides no se conoce, pero se han identificado algunos factores de riesgo. Por ejemplo, las personas que hayan recibido radiación en la cabeza o el cuello durante la infancia tienen un riesgo mayor que la población general de desarrollar cáncer de tiroides, y por ello se aconseja que se revisen cada 1 ó 2 años por este motivo.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de tiroides?
El síntoma más frecuente de cáncer de tiroides es un nódulo que se nota en el cuello. Otros síntomas (dolor, dificultar al tragar, ganglios) son raros e inespecíficos (se pueden dar en otros muchos procesos leves).
Ante un nódulo tiroideo, la única manera de saber si es canceroso o no es examinarlo (punción con una aguja o extirpación para biopsia ). Otras exploraciones frecuentes suelen ser una gammagrafía tiroidea, que consiste en ingerir una pequeña cantidad de yodo (I-131) o tecnecio (Tc-99m) radiactivos, que se fijan en el tiroides, dibujándose las áreas anormales en un registro; y la ecografía de tiroides, por la que se produce una imagen informática del tiroides a partir de los ecos generados por ondas de ultrasonidos.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
CIRUGIA. La extirpación total o parcial del tiroides (o tiroidectomía) es el tratamiento más frecuente del cáncer de tiroides no diseminado.
Las principales complicaciones de la cirugía del tiroides son el hipotiroidismo, es decir, una función demasiado baja de la glándula; la parálisis de cuerdas vocales; y la extirpación accidental de las glándulas paratiroides (localizadas detrás de la glándula tiroides), lo que da como resultado una bajada del calcio sanguíneo (las glándulas paratiroides regulan el calcio).
- YODO RADIACTIVO.
Se administra de una vez en forma de cápsula; radia directamente el tejido tiroideo, destruyéndolo. El I-131 puede utilizarse a dosis altas en algunos cánceres papilares o foliculares localizados.
- MEDICAMENTOS. Tras la cirugía del tiroides o su ablación con yodo radiactivo, suele ser necesaria la reposición de las hormonas tiroideas con la hormona sintética levotiroxina (Levothroid®). En algunos casos, cuando existe diseminación del cáncer, puede ser necesario utilizar quimioterapia. En todos los casos, será necesario un seguimiento posterior regular.
Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Revisor clínico