El hiperparatiroidismo es un trastorno del metabolismo óseo debido a una mayor secreción de hormona paratiroidea (PTH) por las glándulas paratiroideas.
Las paratiroides son unas glándulas localizadas en la tiroides que segregan unas hormonas encargadas de la regulación del calcio en la sangre y el metabolismo óseo.
Cuando su actividad se ve alterada puede producir alteraciones del calcio en sangre.
Las causas más frecuentes son:
Existen presentaciones familiares, muy poco frecuentes, manifestándose como parte de neoplasias endocrinas múltiples (MEN 1 y MEN 2A).
Otras causas muy poco frecuentes son el hiperparatiroidismo primario familiar e hiperparatiroidismo neonatal familiar.
Tiene una incidencia de 2 casos por cada 1000 habitantes y su incidencia es más frecuente en mujeres mayores de 60 años.
Existen varios tipos de hiperparatiroidismo:
La forma clínica más frecuente es la asintomática o leve y se detecta de forma casual en analíticas observándose cifras elevadas del calcio (hipercalcemia).
En caso de hipercalcemia grave (<15 mg/100 ml), puede tratarse de una emergencia médica debido al riesgo de arritmias y paro cardiaco.
Manifestaciones óseas
Manifestaciones renales
Manifestaciones gastrointestinales
Manifestaciones neuromusculares
Manifestaciones cardiovasculares
Debido a los síntomas inespecíficos se requiere de pruebas de laboratorio para llegar al diagnóstico.
El diagnóstico se confirma cuando existe hipercalcemia (elevación del calcio en sangre) en presencia de paratohormona (PTH) elevada.
Para complementar el diagnóstico se debe solicitar: fósforo, vitamina D, función renal, calcio en orina de 24 horas y cloro.
En las personas asintomáticas, no siempre se requiere de tratamiento y se vigila mediante analíticas periódicas.
Entre los candidatos a una posible intervención quirúrgica se encuentran:
En caso de hipercalcemia grave y sintomática el tratamiento de elección es la cirugía mediante resección de las glándulas paratiroides (paratiroidectomía quirúrgica).
Por último, en la hipercalcemia debida al cáncer, se controla con el tratamiento del tumor subyacente. De forma complementaria se puede utilizar la hidratación, diuréticos, corticoides y bifosfonatos intravenosos para reducir los niveles de calcio. El control a largo plazo es difícil a no ser que se controle la causa subyacente tumoral.
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