La inmunización contra el virus de la hepatitis B es la administración de la vacuna que protege a los individuos contra la hepatitis B, una enfermedad grave que ocasiona inflamación y daño en el hígado, y que puede conducir a una cirrosis hepática, insuficiencia hepática o cáncer hepático. Aproximadamente de un 5 a un 10% de adultos infectados por el virus de la Hepatitis B llega a ser portador y tiene una infección a lo largo de su vida.
Los adolescentes y niños que se infectan tienen más probabilidades, dada su edad, de mantener la infección durante mucho tiempo y de poder transmitir la enfermedad.
La vacuna de la hepatitis B es una de las inmunizaciones recomendadas en la niñez.
Actualmente se está desarrollando la legislación relacionada con la inmunización al virus de la hepatitis B (VHB) en muchos países.
La vacuna de la hepatitis B se administra en tres dosis inyectables.
Si la madre es portadora del VHB, el niño necesitará recibir la primera dosis dentro de las 12 horas posteriores al nacimiento.
Además será necesario administrar también la inmunoglobulina de la Hepatitis B.
Las dos siguientes dosis se administrarán según el criterio del pediatra.
Si la madre no es portadora del VHB, el niño puede recibir la primera dosis en cualquier momento, hasta la 4ª u 8ª semana de vida. Si se administra justo después del nacimiento, la segunda dosis se administra en 1 ó 2 meses y la tercera en 6 meses. Para los niños que no reciben la primera dosis hasta las 4 u 8 semanas, la segunda dosis se da en 4 meses y la tercera en 6 a 18 meses. En cualquier caso, las dosis 2º y 3º se administran junto con otras inmunizaciones rutinarias de la niñez.
Los bebés que reciben la serie de inmunización al VHB están protegidos frente a la infección por hepatitis B no solamente a lo largo de la niñez, cuando el riesgo de la infección es altísimo, sino también de adulto. La eliminación del riesgo de infección por VHB disminuye en consecuencia el riesgo de cirrosis hepática, de insuficiencia hepática y de cáncer hepático.
Cuanta más gente sea inmunizada frente a la hepatitis B, mayor será la posibilidad de erradicar esta enfermedad.
La mayoría de los niños que reciben la vacuna no experimentan ningún problema a consecuencia de la misma. A veces pueden darse problemas menores, tales como enrojecimiento o molestia en el lugar de la inyección. Los problemas graves asociados con esta inmunización son muy raros.
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