¿Qué es el síndrome de Von Hippel-Lindau?
El síndrome de Von Hippel-Lindau es un trastorno hereditario caracterizado por la aparición de quistes y tumores en diferentes partes del cuerpo.
Se pueden desarrollar tumores y quistes benignos y malignos en muchos órganos del cuerpo como el cerebro, la médula espinal, los ojos, los riñones, las glándulas suprarrenales, el páncreas y el oído interno.
Pueden aparecer hemangioblastomas de la retina y del sistema nervioso central (SNC), quistes que afectan a los riñones, el páncreas y el epidídimo, carcinoma de células renales (cáncer de riñón), feocromocitomas y tumores de las células de los islotes pancreáticos.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
El síndrome de Von Hippel-Lindau es un trastorno genético debido a mutaciones en el gen VHL localizado en el cromosoma 3 (3p26-p25). Este gen es el responsable de la producción de la proteína VHL, que controla el crecimiento de las células. Cuando existe una mutación en este gen se puede producir una multiplicación desmesurada de las células apareciendo tumores que pueden derivar en cáncer.
Es una enfermedad hereditaria que se hereda con el patrón autosómico dominante. Sólo en el 1-3% de los casos se produce por mutación espontánea.
¿Qué incidencia tiene?
El síndrome de Von Hippel-Lindau afecta a 1 de cada 30.000-40.000 nacimientos.
Afecta por igual a hombres y mujeres y a todo tipo de etnias.
¿Cuáles son los principales signos y síntomas de la enfermedad?
El síndrome de Von Hippel-Lindau se caracteriza principalmente por la aparición de hemangioblastomas en el cerebro, la médula espinal o el sistema nervioso central. Se trata de tumores que surgen a partir de los capilares vasculares.
Los hemangioblastomas son benignos (no cancerígenos) pero pueden producir síntomas en función de su tamaño, ubicación y número.
Es común la presencia de múltiples tumores que pueden aparecer simultáneamente o progresivamente. Generalmente estos tumores crecen lentamente, pero en algunos casos el crecimiento puede producirse de forma muy rápida.
Lo más característico del trastorno son:
- Hemangioblastomas en el cerebro (hemangioblastomas cerebelosos): Pueden causar dolor de cabeza, vómitos, disartria (dificultad para articular las palabras) o descoordinación en los movimientos.
- Hemangioblastomas en la médula espinal: Suelen ir acompañados por dolor y pueden llevar a pérdida de sensibilidad y habilidades motoras.
- Hemangioblastomas en la retina (angioma de retina): Estos tumores ocurren en aproximadamente el 50% de los casos y suelen ser el primer signo del trastorno. Suelen aparecer en ambos ojos y se acompañan de sangrado. Pueden provocar pérdida de visión y ocasionar ceguera.
- Quistes en los riñones: Entre el 50-70% de personas desarrollan múltiples quistes en los riñones. En algunos casos, los quistes evolucionan a un carcinoma de células renales (cáncer de riñón), un tipo de tumor maligno.
- Quistes en el páncreas: Los quistes pancreáticos no suelen causar problemas y tienden a crecer con bastante lentitud.
- Feocromocitomas (tumores en las glándulas suprarrenales): Las glándulas suprarrenales están ubicadas encima de cada riñón. Estos tumores son benignos, pero pueden ser numerosos y suelen localizarse en ambas glándulas suprarrenales y llegar a producir hipertensión, sudoración y dolores de cabeza.
- Tumores de las células de los islotes pancreáticos: Crecen lentamente y son benignos.
- Tumores en el oído interno: En aproximadamente el 10% de los casos los tumores también se pueden encontrar en el oído interno. Pueden provocar una pérdida auditiva de diversa gravedad. Esta pérdida de audición puede ser uno de los primeros signos de que un individuo está afectado. Con menos frecuencia pueden provocar mareos o zumbidos en el oído.
- Tumores en el epidídimo: Afectan solamente a los hombres. El epidídimo es una estructura que se encuentra en la parte posterior de los testículos y cuya función principal es almacenar y transportar los espermatozoides producidos en los testículos hacia los conductos deferentes.
- Tumor en el ligamento ancho: Es exclusivo de las mujeres. Este ligamento conecta los ovarios con el útero. Estos tumores, sin embargo, son mucho menos comunes que los del epidídimo.
La edad en la que se desarrollan los síntomas puede variar desde la infancia hasta la edad adulta avanzada, aunque la mayoría de las personas presentarán algunos síntomas clínicos antes de los 65 años.
Es importante señalar que existe una amplia variación entre las personas afectadas con respecto a la edad de aparición de los síntomas, los órganos involucrados y la gravedad de la enfermedad.
¿Qué tipos existen?
Se pueden distinguir dos tipos diferentes en función de los órganos afectados:
- Tipo 1: Se caracteriza por la aparición de tumores salvo en las glándulas suprarrenales.
- Tipo 2: Aparecen tumores en las glándulas suprarrenales. Se subdivide en:
- Tipo 2A: Sin tumores en los riñones ni quistes en el páncreas.
- Tipo 2B: Con tumores en los riñones y quistes en el páncreas.
- Tipo 2C: Solamente existen tumores en las glándulas suprarrenales (solo feocromocitomas).
¿Cómo se puede diagnosticar?
Dado que el síndrome de Von Hippel-Lindau es un trastorno genético, se pueden realizar pruebas genéticas para identificar mutaciones en el gen VHL.
En estos pacientes, se recomienda realizar una revisión anual de los riñones mediante imágenes con tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) para la detección temprana de carcinomas de células renales.
¿Existe algún tratamiento para el trastorno?
No existe ningún tratamiento efectivo para el síndrome de Von Hippel-Lindau.
Cuando se identifica algún tumor se requiere realizar un seguimiento de su evolución y si se considera adecuado realizar una extirpación quirúrgica.
- Los hemangioblastomas del cerebro o de la columna vertebral se pueden extirpar antes de que causen síntomas. También se puede seguir su evolución con estudios de imágenes y extirparlos cuando comiencen a causar problemas.
- Los hemangioblastomas de retina se pueden tratar con diversas técnicas (coagulación láser o crioterapia) para disminuir su tamaño y reducir su número.
- Se recomienda la cirugía temprana para el carcinoma de células renales. En casos extremos, puede ser necesario extirpar uno o ambos riñones, seguido de un trasplante.
- Los feocromocitomas deben ser eliminados mediante cirugía si están causando síntomas.
- Los tumores del oído interno suelen crecer lentamente. La extirpación de estos tumores debe sopesarse cuidadosamente debido al riesgo de sordera.
- Los tumores del epidídimo y del ligamento ancho generalmente no requieren cirugía.
En algunos países se ha aprobado un medicamento, denominado Belzutifán, para el tratamiento de pacientes adultos con carcinoma de células renales, hemangioblastomas del sistema nervioso central o tumores neuroendocrinos pancreáticos que no requieren cirugía inmediata.
Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
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