La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica de origen autoinmune que ataca principalmente las articulaciones produciendo sinovitis inflamatoria.
La sinovitis es la inflamación de la membrana sinovial, el tejido conjuntivo que recubre las articulaciones. En la artritis reumatoide, los tejidos sinoviales proliferan sin control y dan como resultado el estiramiento de los tendones y los ligamentos lo que provoca la destrucción de los huesos y la aparición de deformidades y discapacidades.
La artritis reumatoide causa principalmente dolor, rigidez e hinchazón en las muñecas y en las pequeñas articulaciones de las manos y los pies, pero también puede afectar los hombros y las rodillas.
La artritis reumatoide se considera una enfermedad autoinmune. El propio sistema inmune ataca a las articulaciones porque no las reconoce como propias causando su inflamación.
A veces, además de a las articulaciones, puede afectar a diferentes órganos del cuerpo.
La artritis reumatoide afecta a entre el 0.5 y el 1% de la población adulta en el mundo.
Afecta más a las mujeres que a los hombres con una proporción de 3 a 1.
Aunque puede presentarse a cualquier edad suele comenzar en las mujeres en edad fértil entre los 20 y 40 años y en los hombres entre los 60 y 80 años.
El tabaco puede ser un factor de riesgo para su aparición.
La artritis reumatoide afecta a entre el 0.5 y el 1% de la población adulta en el mundo.
Afecta más a las mujeres que a los hombres con una proporción de 3 a 1.
Aunque puede presentarse a cualquier edad suele comenzar en las mujeres en edad fértil entre los 20 y 40 años y en los hombres entre los 60 y 80 años.
El tabaco puede ser un factor de riesgo para su aparición.
Ali inicio, afecta en mayor medida a las articulaciones pequeñas y medianas de los dedos y las muñecas. Se presenta dolor, rigidez e hinchazón en las articulaciones afectadas y se reduce su rango de movimientos.
Posteriormente puede afectar a las rodillas, codos, tobillos, cadera y hombros.
A medida que avanza la enfermedad se desarrolla laxitud articular, subluxación y degradación del cartílago.
En etapas tardías predomina la fibrosis articular y las contracturas de tejidos blandos.
Además, pueden presentarse otros síntomas sistémicos como:
Los síntomas más característicos para poder llegar al diagnóstico son:
Si estos síntomas están presentes se realizan análisis de sangre y radiografías para apoyar el diagnóstico.
En el análisis de sangre se puede apreciar:
En las radiografías se pueden apreciar erosiones articulares visibles, que suelen observarse en los márgenes de las articulaciones en las primeras fases.
El objetivo del tratamiento es mejorar la movilidad de las articulaciones, reducir la inflamación y disminuir el dolor de la mismas.
Los principales medicamentos usados son:
En ocasiones se utilizan combinaciones de varios de los fármacos citados anteriormente.
Un buen programa de ejercicios de rehabilitación es necesario para mantener la funcionalidad de las articulaciones.
La cirugía se utiliza para casos de incapacidad funcional de ciertas articulaciones realizando una sinovectomía o el reemplazamiento total de las articulaciones (cadera y rodilla).
En más de un tercio de los pacientes se presentan en algún momento afecciones extra-articulares principalmente nódulos subcutáneos, pero en raras ocasiones pueden aparecer complicaciones graves como pleuritis o pericarditis.
El pronóstico es muy variable desde casos leves con poca afectación a las articulaciones a casos graves con poliartritis progresiva y discapacidad significativa.
No es una enfermedad curable, pero si se detecta en sus inicios puede controlarse de forma óptima con un tratamiento temprano y agresivo.
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El contenido de esta página puede ser consultado en inglés en el siguiente enlace: Rheumatoid arthritis
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