La colangitis es la inflamación de los conductos biliares, es decir, de los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar y el intestino.
La bilis es un líquido amarillo y amargo producido por las células hepáticas. Se almacena en la vesícula biliar y es liberado al intestino durante las digestiones. Su función es facilitar la digestión y la absorción de las grasas.
La colangitis es una situación de emergencia producida por la infección de la vía biliar.
La colangitis está provocada por un proceso infeccioso de la vía biliar.
Hay distintos factores que favorecen el crecimiento y el acúmulo de bacterias:
La bacteria más comúnmente asociada a la colangitis es la Escherichia Coli (25-50% de los casos), seguido de las especies Klebsiella (15-20%) y Enterobacter (5-10%) que suelen estar presentes en el intestino, aunque pueden estar implicadas más de un tipo de bacterias simultáneamente.
La inflamación de los conductos biliares puede ser ocasionada también por enfermedades autoinmunes en las que el sistema inmunitario ataca equivocadamente a órganos y tejidos sanos. La colangitis esclerosante primaria es un ejemplo de enfermedad autoinmune que produce inflamación de los conductos biliares.
La colangitis afecta con mayor frecuencia a personas de mediana edad entre 50 y 60 años.
Los síntomas típicos de la colangitis son la triada de Charcot:
Sin embargo, los tres síntomas a la vez solo están presentes en la mitad de los casos.
Otros síntomas menos específicos pueden ser:
En algunos casos graves se puede presentar shock y confusión mental.
El diagnóstico inicial se basa en la clínica y en la realización de una analítica de sangre donde se observa aumento de leucocitos o glóbulos blancos (leucocitosis), elevación de bilirrubina (hiperbilirrubiemia) y en ocasiones alteraciones de las enzimas hepáticas (alcalina fosfatasa, GGT, lipasa o amilasa).
El cultivo de gérmenes de la sangre (hemocultivo) es positivo hasta en un 70%.
Posteriormente, se deben realizar técnicas de imagen para localizar una posible obstrucción de la vía biliar:
El tratamiento recomendado se basa en:
Además, se debe tratar la causa que provocó la infección.
En el caso de una obstrucción, la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) sirve como técnica diagnóstica y terapéutica ya que es capaz de desbloquear la obstrucción del conducto.
Si fallan los tratamientos anteriores, se debe realizar cirugía del conducto.
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