
¿Qué es la histoplasmosis?
La histoplasmosis en una enfermedad causada por la inhalación de esporas microscópicas del hongo Histoplasma capsulatum.
La enfermedad puede presentarse de tres formas:
- Histoplasmosis primaria aguda: provoca síntomas similares a los de la gripe. La mayoría de los infectados se recuperan sin intervención médica.
- Histoplasmosis cavitaria crónica: afecta a los pulmones donde se forman cavidades provocando complicaciones respiratorias. No se propaga a otras partes del cuerpo.
- Histoplasmosis diseminada progresiva: afecta especialmente a personas que padecen síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH). Se extiende a muchos órganos y a veces es fatal.
¿Cómo se transmite?
La histoplasmosis es una infección que se transmite por el aire. Las esporas que causan la infección se encuentran en suelos contaminados por excrementos de pájaros o murciélagos.
Por ello, las personas más susceptibles de contraer la enfermedad son agricultores, jardineros, espeleólogos, personas que se dedican a la instalación o mantenimiento de aire acondicionado, etc.
La histoplasmosis no se transmite de persona a persona.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Cuando se inhalan las esporas del hongo H. capsulatum, quedan depositadas en los pulmones en donde se dividen provocando lesiones. Esto se conoce como histoplasmosis primaria aguda.
Las personas en buen estado de salud no suelen presentar ningún síntoma. En caso de que existan aparecen en un intervalo de 3 a 17 días.
Los síntomas suelen ser leves y parecidos a los de un resfriado:
- Fiebre
- Tos seca y dolor en el pecho
- Aumento de los ganglios linfáticos
- Cansancio o fatiga
- Disnea (dificultad para respirar)
- Dolor de cabeza
- Malestar general
Un pequeño porcentaje de personas desarrollan bronconeumonía. Alrededor de un 95% de los infectados no presentan síntomas destacables. En aproximadamente un 5% de los infectados, que normalmente padecen enfermedades pulmonares crónicas, diabetes mellitus o tienen un sistema inmunitario débil, la enfermedad progresa a histoplasmosis cavitaria crónica. Los síntomas de la histoplasmosis crónica se asemejan a los de la tuberculosis. Se forman espacios o cavidades en el tejido pulmonar y los pulmones se llenan de líquido.
La forma más rara es la histoplasmosis diseminada progresiva. Suele presentarse en pacientes con VIH o personas inmunocomprometidas. En la histoplasmosis diseminada la infección se puede trasladar al bazo, el hígado, la médula ósea o a las glándulas suprarrenales.
Los síntomas de la histoplasmosis diseminada progresiva son:
- Pérdida de peso
- Diarrea
- Desarrollo de llagas abiertas en la boca y nariz
- Aumento de tamaño del bazo, hígado y de las glándulas suprarrenales
¿Cómo se puede diagnosticar?
Se puede realizar una prueba cutánea similar a la de la tuberculosis para determinar si el paciente ha estado infectado previamente por el hongo H. capsulatum.
Las radiografías de tórax normalmente muestran el daño causado por el hongo.
El diagnóstico de la histoplasmosis crónica o diseminada puede ser obtenido mediante el cultivo de una muestra de esputo u otros fluidos del cuerpo en un laboratorio para aislar el hongo.
Se puede también detectar la presencia de antígenos producidos como respuesta a la infección en la orina, la sangre o el esputo.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Generalmente, la histoplasmosis primaria aguda no requiere de ningún tipo de tratamiento salvo reposo. Medicamentos sin receta como el acetaminofén pueden ser usados para combatir el dolor y fiebre.
Los pacientes que desarrollan histoplasmosis crónica con un sistema inmunológico sano son tratados con medicamentos antifúngicos como el itraconazol. Los pacientes con un sistema inmunológico deprimido son tratados con anfotericina B de forma intravenosa.
Los enfermos del VIH deben ingerir de manera oral itraconazol por el resto de su vida para evitar una posible recaída.
¿Cuál es el pronóstico de la enfermedad?
La mayoría de las personas que padecen histoplasmosis primaria se recuperan al cabo de unas pocas semanas sin intervención médica. De la misma manera, los enfermos con histoplasmosis crónica que son tratados con medicamentos antifúngicos suelen tener una pronta recuperación.
La recuperación de los enfermos de VIH con histoplasmosis diseminada varía en función de la respuesta a la anfotericina B debido a que, dependiendo de su salud, pueden tener distintas tolerancias hacia el medicamento.



Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
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