La colitis ulcerosa es enfermedad inflamatoria intestinal que afecta principalmente al colon y al recto y que cursa con diarrea sanguinolenta (con sangre).
Se debe a una reacción autoinmune que causa úlceras e inflamación en el revestimiento interno del intestino grueso.
La colitis ulcerosa está muy relacionada con la enfermedad de Crohn y ambas están clasificadas como enfermedades inflamatorias intestinales (EII).
La causa de la enfermedad es desconocida.
Se sabe que puede tener relación con algunos tipos de infección, una predisposición genética y factores ambientales.
Tiene una incidencia de 1 o 2 nuevos casos por cada 10.000 personas al año.
Puede afectar a personas de cualquier edad, teniendo dos periodos de mayor aparición entre los 15 y 30 años y entre los 50 y 70 años.
La enfermedad se caracteriza por periodos con síntomas y periodos de remisión (sin síntomas).
Los pacientes con colitis ulcerosa suelen presentar síntomas variados:
El principal síntoma son los episodios de diarrea sanguinolenta que aparecen en forma de brotes, desencadenados por infecciones o por periodos de estrés.
Cuando la enfermedad se agrava pueden aparecer:
Además de las manifestaciones intestinales pueden aparecer otro tipo de síntomas extra intestinales como:
La colitis ulcerosa con afectación mínima tiene una clínica similar al colon irritable, pero la clave del diagnóstico diferencial es la emisión de sangre por las heces (que no se produce en el colon irritable), y sobre todo la biopsia, que debe aclarar definitivamente una u otra.
La presencia de diarrea con sangrado y las manifestaciones extra intestinales suelen ser determinantes para diagnosticar la enfermedad.
La colonoscopia es el método de diagnóstico más adecuado para la colitis ulcerosa. Además, permite la extracción de una pequeña muestra para realizar una biopsia. Asimismo, las radiografías abdominales pueden proporcionar información de utilidad.
No hay un tratamiento curativo para la colitis ulcerosa.
El tratamiento se basa en se basa la gravedad del proceso inflamatorio y su extensión, la evolución de la enfermedad y las posibles complicaciones o problemas extra intestinales.
Pueden usarse de forma controlada medicamentos antinflamatorios e inmunosupresores. Los medicamentos más utilizados dependiendo de la gravedad son:
En casos graves que no responden a los tratamientos anteriores se puede recetar:
Si no evoluciona bien se puede plantear la cirugía.
La colitis ulcerosa se caracteriza por brotes de más o menos intensidad con remisiones y recaídas.
Los pacientes con colitis ulcerosa (o colitis ulcerativa) tienen un riesgo mayor de padecer cáncer de colon que la población general. Los factores asociados al mayor riesgo de padecer cáncer de colon son:
Es preciso realizar controles colonoscópicos con tomas de múltiples biopsias de forma periódica (cada 1-2 años) para poder hacer un diagnóstico precoz.
Además de la propensión al cáncer de colon existen otras posibles complicaciones derivadas de la enfermedad:
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