¿Qué es la isquemia hepática?
La isquemia hepática es una afección en la que el hígado no recibe suficiente sangre u oxígeno causando daños a las células hepáticas.
El término “hepatitis isquémica” no es del todo apropiado ya que no se trata de una inflamación del hígado que es la característica principal de la hepatitis. Sin embargo, existe una elevación muy significativa de las transaminasas propia de la hepatitis.
¿Qué causa la isquemia hepática?
La principal causa que desencadena la isquemia hepática son los problemas cardiacos:
- Infarto de miocardio
- Arritmias
- Taponamiento cardiaco
- Shock cardiógeno
También puede deberse a otras causas como:
- Insuficiencia respiratoria grave (segunda causa más común)
- Sepsis (tercera causa más común)
- Tensión arterial baja (hipotensión aguda)
- Shock hipovolémico por hemorragia, deshidratación y golpe de calor
- Crisis drepanocítica
- Trombosis de la arteria hepática en pacientes trasplantados o con trombosis de la vena porta preexistente
- Apnea obstructiva del sueño
- Isquemia aguda de las extremidades inferiores
¿Qué incidencia tiene?
La isquemia hepática suele observarse entre el 1-2.5 % de los pacientes que ingresan en una unidad de cuidados intensivos.
¿Qué síntomas se pueden presentar?
Se puede presentar síntomas muy similares a los de la hepatitis como:
- Náuseas y vómitos
- Pérdida de peso
- Malestar general
- Dolor en el cuadrante superior derecho
- Ictericia
- Estado mental alterado
¿Cómo se pude diagnosticar?
El diagnóstico de la isquemia hepática se realiza según los siguientes criterios:
- Insuficiencia cardiaca, circulatoria o pulmonar.
- Aumento significativo de las transaminasas en la sangre (GOT y GPT). Generalmente los niveles son 20 veces superiores al límite superior normal.
- Exclusión de otras causas de fallo hepático agudo (como la hepatitis tóxica o la hepatitis viral aguda).
Los niveles de GOT, GPT y deshidrogenasa láctica (LDH) son muy elevados. La relación GPT/LDH es generalmente inferior a 1,5 lo que permite distinguirlo de otros tipos de hepatitis.
La GOT, GPT y LDH alcanzan su punto máximo de 1 a 3 días después de que se produzca el episodio y vuelven a la normalidad entre 7 y 10 días después de que se recupera el aporte de sangre al hígado.
También se puede producir una elevación de la bilirrubina en sangre algunos días después de que las transaminasas alcancen su punto máximo (generalmente no más de 4 veces el límite superior).
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
No hay una terapia específica para la isquemia hepática.
El tratamiento debe enfocarse en la causa subyacente que está reduciendo el flujo sanguíneo al hígado.
¿Cuál es el pronóstico de la isquemia hepática?
Si se puede revertir de forma rápida la enfermedad causante de la isquemia hepática el pronóstico suele ser positivo y suele haber una recuperación satisfactoria.
No obstante, el pronóstico general es malo con tasas de mortalidad del 25% ya que la isquemia hepática suele asociarse con otros trastornos graves como sepsis, insuficiencia renal o coagulopatías. La isquemia hepática también puede complicarse y producir insuficiencia hepática.
Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
Autor original