Las bronquiectasias son formaciones saculares o arrosariadas deformadas a partir de bronquios normales de las vías aéreas pulmonares, que por una destrucción o destructuración pierden su capacidad elástica y quedan sin una capacidad de eliminación de sus secreciones.
Las bronquiectasias se puede deber a infecciones adquiridas por una neumonía o tuberculosis pulmonar y en otras ocasiones a un problema hereditario. En ambos casos se produce una inflamación de la mucosa bronquial que al cicatrizar deja lesiones y sin un funcionamiento adecuado para eliminar las secreciones. Es muy frecuente que aparezcan ya en la infancia.
Otra posible causa es la inhalación o aspiración de un cuerpo extraño, partícula o alimentos.
Algunas enfermedades genéticas como la fibrosis quística ocasiona hoy aproximadamente el 50% de todas las bronquiectasias, sobre todo las diagnosticas en los niños pequeños.
También aparece en enfermedades congénitas de los cilios como son el síndrome del cilio inmóvil o el síndrome de Kartagener (situs inversus).
Otras causas son los síndromes de inmunodeficiencia de inmunoglobulinas.
Es frecuente que aparezcan los síntomas años después de su producción, habiendo unos años silentes de síntomas. Los síntomas más frecuentes son:
En el examen físico se podrá auscultar estertores húmedos (crepitantes y subcrepitantes) en la zona afectada. Este hallazgo asociado a enfermedades previamente diagnosticadas congénitas puede dar una sospecha de bronquiectasias.
Luego se puede confirmar mediante:
Como el principal problema es el acúmulo de secreciones en las bronquiectasias y su posible infección, el tratamiento irá encaminado a:
La cirugía de las bronquiectasias sólo se indica actualmente en bronquiectasias muy rebeldes, con infecciones repetidas que no cedan al tratamiento o en caso de sangrado habitual.