Hacer ejercicio es importante a lo largo de toda nuestra vida, incluido el embarazo. Como regla general, hacer deporte es muy aconsejable durante una gestación sin problemas aunque cierto que hay que ser más selectiva con el tipo de actividad.
Los beneficios de la actividad física durante la gestación son múltiples: ayuda a controlar el sobrepeso, aumenta la resistencia, la fuerza y la flexibilidad de los músculos y de los tendones, algo que es muy útil a la llegada del parto. Además, el deporte fortalece el sistema cardiovascular, favorece el sueño, levanta la autoestima, ayuda a disminuir el colesterol y es un bálsamo ante situaciones de estrés y depresión.
Sin embargo hay que dejar de hacer deporte ante la aparición de cualquier problema como hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, problemas de tiroides, trastornos propios del embarazo como placenta previa, ruptura prematura de membranas y otros parecidos.
Por regla general no conviene superar las 140 pulsaciones por minuto, que pueden ser contadas mediante el tacto en la muñeca. Es aconsejable un sujetador adecuado para proteger las mamas. Por otra parte, es recomendable beber bastante líquido, más de lo normal. Además, es mejor hacer deporte a primera hora de la mañana o a la caída de la tarde.
Son peligrosas las actividades que ponen en riesgo de impactos a la deportista, como por ejemplo, los deportes de lucha y de contacto, halterofilia, gimnasia deportiva, los deportes de salto como el voleibol, el baloncesto y el fútbol, equitación, submarinismo, esquí, paracaidismo, deportes de raqueta y deportes de riesgo.
Los deportes más recomendables son: