
¿Cuándo y cómo se establece el grado de riesgo en el embarazo?
El riesgo de un embarazo se puede establecer desde la consulta pre-embarazo o preconcepcional.
Si se determina un alto riesgo, es posible que se sugiera evitar el embarazo. Si la pareja o la mujer deciden afrontar el riesgo, deben comprometerse a realizar todos los procedimientos y controles que los especialistas del control prenatal consideren necesarios y asumir la posibilidad de un resultado indeseable.
La mayoría de veces, esta consulta de prevención no se realiza, así que el grado de riesgo se determinará en la primera revisión del control del embarazo. Por esta razón, este control debe iniciarse lo más pronto posible.
Se puede clasificar a las gestantes en dos grados de riesgo (no hay embarazo sin riesgo):
- Gestantes de alto riesgo obstétrico, por presentar antecedentes o alteraciones en el curso de la gestación que determinan un riesgo clínico elevado para la madre o el feto y que son susceptibles de atención especializada.
- Gestantes de bajo riesgo obstétrico que suelen tener control en atención primaria.
La estratificación del riesgo logra disminuir la morbimortalidad materno-fetal, ya que se puede implicar un equipo de profesionales expertos en minimizar las posibles complicaciones.
Entre otros, una mujer con un embarazo de alto riesgo podría contar con el apoyo de un médico perinatólogo (especialista en complicaciones materno-fetales) y en muchos casos con la valoración temprana del genetista, el anestesiólogo e incluso el pediatra.
El grado de riesgo puede aumentar de repente, por lo cual se evaluará a la gestante en cada uno de los controles posteriores, con el fin de identificar factores de riesgo no presentes hasta ese momento.
Test de Cifra
Un método sencillo para estratificar el riesgo es el test de Cifra, que considera embarazo de bajo riesgo aquel en el que la gestante recuerda con claridad la fecha de la última regla y no presenta ninguna de las siguientes condiciones:
- Problemas médicos, analíticos, y estructurales de la madre:
- Edad menor de 16 años o mayor de 35 años.
- Obesidad con IMC mayor de 27.
- Estatura menor de 1.45.
- Peso menor de 45 Kg.
- Anomalías pélvicas.
- Malformaciones uterinas o cirugía uterina previa.
- Gestación con DIU (Dispositivo intrauterino).
- Anemia grave con hemoglobina menor de 10 gr./dl.
- Serología luética positiva (posible infección por sífilis).
- Uso de drogas.
- Prostitución.
- Gestante o pareja sexual portador de VIH o enfermo de SIDA.
- Otras patologías maternas asociadas graves: diabetes mellitus, hipertensión arterial, insuficiencia renal, epilepsia, cardiopatía, alcoholismo, deficiencia mental, enfermedad psiquiátrica grave.
- Nivel socioeconómico bajo o analfabetismo.
- Antecedentes obstétricos:
- Antecedente de embarazo ectópico.
- Antecedentes obstétricos desfavorables: distocias, muertes neonatales o fetales previas, prematuros, malformados, polihidramnios, una o más cesáreas previas, etc.
- Antecedente de bajo peso al nacer.
- Antecedente de feto macrosómico (peso mayor de 4.5 Kg.).
- Antecedentes de dos o más abortos espontáneos.



Dr. Ignacio Antépara Ercoreca
Especialista en Alergología por la Universidad de Navarra y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
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