
¿Qué es la hepatitis alcohólica?
La hepatitis alcohólica es la inflamación del hígado causada por el consumo excesivo de alcohol durante un largo periodo de tiempo.
Se caracteriza por degeneración de las células hepáticas y necrosis con infiltrados neutrofílicos agudos.
¿Por qué se produce?
La hepatitis alcohólica se produce como su nombre indica por el consumo abusivo de alcohol durante un periodo de tiempo prolongado (años).
El alcohol en cantidades excesivas puede destruir las paredes del estómago, el hígado, el corazón o el cerebro. El hígado es uno de los órganos más afectados por el alcohol.
Además, las personas que beben demasiado alcohol suelen tener una nutrición deficiente ya que el alcohol proporciona numerosas calorías, pero pocos nutrientes adicionales.
La combinación de consumo elevado de alcohol y desnutrición suelen ser factores de riesgo para sufrir hepatitis alcohólica.
¿Qué síntomas produce?
Los síntomas de la hepatitis alcohólica son similares a los de cualquier otro tipo de hepatitis e incluyen:
- Malestar general
- Pérdida de apetito
- Náuseas
- Dolor abdominal en la zona hepática
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y de los ojos)
- Anorexia y pérdida de peso
Algunas complicaciones graves que pueden aparecer son:
- Encefalopatía
- Leucocitosis
- Insuficiencia renal
¿Cómo se puede diagnosticar?
Al realizar un análisis de sangre suele aparecer las transaminas GOT y GPT moderadamente elevadas siendo la GOT aproximadamente dos veces superior a la GPT (cociente GOT/GPT >2)
Otros parámetros alterados son:
- Aumento de la GGT
- Aumento de la fosfatasa alcalina
- Aumento de la bilirrubina
- Disminución de la albúmina
- Prolongación del tiempo de protrombina (mal pronóstico)
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El principal tratamiento consiste en abstenerse completamente del consumo de alcohol que es la causa subyacente de la enfermedad.
Mientras se sigue este tratamiento en busca de revertir la situación y que el hígado se recupere se aplican medidas de apoyo generales como aporte de suplementos nutricionales (vitaminas B, C, K y ácido fólico) y dieta rica en proteínas salvo que exista encefalopatía.
En casos graves se pueden usar corticosteroides (prednisona) o pentoxifilina.
En caso de hepatitis alcohólica aguda y fulminante puede existir un daño irreparable al hígado que requiera de un trasplante hepático.
¿Cuál es el pronóstico de la enfermedad?
La hepatitis alcohólica tiene una alta tasa de mortalidad en los pacientes que no reciben tratamiento.
Para el pronóstico de la hepatitis alcohólica a corto plazo se suele utilizar el índice de Maddrey (basado en el tiempo de protrombina y el valor de bilirrubina).
Índice de Maddrey = 4.6 x (tiempo de protrombina – valor de control) + bilirrubina (mg/dl)
El tiempo de protrombina se mide en segundos.
Un valor de este índice superior a 32 suele tener un rango de mortalidad superior al 40% en el plazo de un mes.
Existen otros índices similares como el MELD (Model fo End Stage Liver Disease) que tiene en cuenta también la creatinina y el INR.
Índice MELD= 3.8 Ln (bilirrubina en mg/d) + 11.2 Ln (INR) + 9.57 Ln (creatinina en mg/dl) + 6.43
Ln = logaritmo neperiano
Si el índice es superior a 30 el rango de mortalidad es superior al 50% en el plazo de tres meses.
No obstante, el hígado es un órgano muy robusto por lo que puede curarse completamente después de un episodio de hepatitis sin ninguna secuela y puede regenerarse completamente desde un trozo o fragmento sano.
¿Cómo se puede prevenir?
La prevención para este tipo de hepatitis es moderar la ingesta de alcohol.
Los estudios sugieren que la máxima dosis saludable de alcohol diaria son aproximadamente el alcohol equivalente a dos copas de vino o dos cervezas.



Fernando Martínez Sáez
Redactor y divulgador de temas científicos, médicos y sanitarios. Miembro de la Asociación Nacional de Informadores de Salud.
Autor original