La catatonia es un trastorno neuropsiquiátrico marcado por cambios en la actividad motora y alteraciones en la consciencia o el comportamiento.
Las personas que lo padecen suelen desarrollar mutismo, negativismo, mirada fija o mantener una postura rígida.
Puede aparecer asociada a un gran número de enfermedades mentales o físicas y ser considerada una variante de la psicosis.
Actualmente las causas por las que aparece la catatonia son desconocidas, aunque parece que tienen relación con alteraciones en la estructura y funcionalidad del cerebro.
Algunas afecciones médicas también pueden provocar catatonia:
La catatonia puede aparecer también asociada al Síndrome Neuroléptico Maligno (SNM), un efecto secundario asociado con el consumo de ciertos medicamentos antipsicóticos prescritos para enfermedades mentales como el haloperidol. Se caracteriza por rigidez de los músculos, fiebre, confusión y sudoración intensa. Puede ser potencialmente letal si no se trata adecuadamente.
La catatonia también puede estar relacionada con:
La catatonia se asocia comúnmente con trastornos del estado de ánimo.
Se pueden distinguir dos tipos de manifestaciones completamente diferentes de la catatonia:
La catatonia puede clasificarse también como:
La catatonia se asocia con una gran variedad de síntomas. Entre los más comunes se encuentran:
Otros síntomas incluyen:
El estupor catatónico está marcado por la inmovilidad y un comportamiento conocido como flexibilidad cérea, en el que una persona puede asumir posturas extrañas (y a veces dolorosas) y mantenerlas durante largos períodos de tiempo. El individuo puede caer en la deshidratación y desnutrición porque se rechaza tomar alimentos y líquidos. En situaciones extremas, dichas personas deben ser alimentadas a través de un tubo.
La excitación catatónica se caracteriza por hiperactividad y violencia donde el individuo puede lastimarse a sí mismo u otros. En raras ocasiones, puede ser necesario el aislamiento para garantizar la seguridad del individuo o de los demás.
El diagnóstico de la catatonia se realiza sobre la base de síntomas específicos de movimiento, como caminar de forma extraña, caminar de puntillas o saltar repetidamente. Otros síntomas como movimientos repetitivos de los dedos o las manos, imitación del habla o de los movimientos también pueden indicar la existencia de catatonia.
No existen pruebas de laboratorio que puedan usarse para diagnosticar fehacientemente esta afección, pero las pruebas médicas y neurológicas son necesarias para descartar lesiones o trastornos subyacentes que pueden estar causando los síntomas observados.
El tratamiento más frecuente de la catatonia es administrar medicamentos del grupo de las benzodiacepinas como el Lorazepam. En raras ocasiones se utilizan también los barbitúricos.
Los medicamentos antipsicóticos pueden ser apropiados en algunos casos, pero a menudo causan un empeoramiento de la catatonia.
La terapia electroconvulsiva puede resultar beneficiosa para los pacientes que no responden a la medicación.
Si estos enfoques no tienen éxito, el tratamiento se redirigirá a controlar los signos y síntomas de la enfermedad.
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