Las pruebas diagnósticas en cardiología pretenden detectar la enfermedad coronaria antes de que ocurra ninguna consecuencia grave.
El estrechamiento o bloqueo de las arterias coronarias puede producir una angina de pecho, un infarto de miocardio o incluso, la muerte.
Estas pruebas diagnósticas son un complemento fundamental al interrogatorio y examen físico inicial, especialmente en los servicios de urgencias.
Un diagnóstico rápido por estas pruebas salva vidas al permitir establecer un tratamiento para el que se cuenta con muy poco tiempo.
La prueba diagnóstica más importante es el electrocardiograma, pero existen otros exámenes complementarios que sirven, no solo para tratar la enfermedad actual, sino para prevenir problemas en el futuro.
El electrocardiograma (ECG o EKG) es una herramienta muy importante para detectar cardiopatías y para diagnosticar posibles causas cuando el corazón falla.
El ECG es una representación gráfica de las fuerzas eléctricas que trabajan sobre el corazón.
Durante el ciclo cardíaco de bombeo y llenado, un patrón conocido de pulsos eléctricos cambiantes refleja exactamente la acción del corazón. Estos pulsos pueden ser recogidos a través de electrodos pegados a la superficie del cuerpo.
La actividad del corazón representada por ondas características puede así ser evaluada instantáneamente en un monitor o ser impresa sobre un papel milimetrado para su estudio posterior.
Desde su invento a principios del siglo XX, el ECG ha sido el útil más importante del cardiólogo.
Resulta imprescindible en el diagnóstico de las arritmias cardíacas, y puede dar información sobre la presencia de enfermedad coronaria antigua o reciente, y de otros problemas del corazón.
El trazado electrocardiográfico se usa en:
Se hace siempre un análisis de sangre cuando se quiere evaluar el estado del sistema cardiovascular.
Interesa, entre otras mediciones, el nivel de colesterol total y de sus fracciones: el de baja densidad (LDL o "malo") y el de alta densidad (HDL o "bueno").
También interesan especialmente los niveles de azúcar (la diabetes aumenta el riesgo de cardiopatía) y de hormonas tiroideas (una tiroides hiperactiva puede producir anomalías cardíacas).
En el servicio de urgencias, ante la sospecha de un síndrome coronario agudo (infarto de miocardio o angina inestable), son útiles algunos exámenes de sangre llamados marcadores de daño miocárdico para establecer el diagnóstico. Son principalmente:
Dependiendo de los hallazgos iniciales en las pruebas básicas, es posible que esté indicado realizar otras pruebas más sofisticadas, tales como:
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