El cáncer de colon o colorrectal es una enfermedad maligna que se produce por la aparición de células neoplásicas, es decir, células cancerosas, en una parte del tejido del colon llamada mucosa.
Este proceso se produce por mutaciones del ADN de las células a lo largo de muchos años. Estas células, mutadas y malignas, se pueden multiplicar formando un tumor que puede variar de tamaño.
En la mayoría de los casos (80%) en primer lugar aparece un pólipo (proliferación anormal de células) llamado adenoma que crece lentamente a lo largo de los años y puede evolucionar a cáncer si no se extirpa previamente.
Las células malignas de la mucosa del colon, si no se aplica el tratamiento adecuado, pueden extenderse a otros tejidos del colon y a áreas adyacentes o incluso viajar a través del torrente sanguíneo a otros órganos como cerebro, pulmón, hígado, etc. (metástasis sanguínea). Las células malignas también pueden invadir el sistema linfático (metástasis linfática).
El cáncer de colón puede aparecer en cualquier parte del colon o el intestino grueso incluyendo colon ascendente, transverso, descendente, sigmoides o recto.
Puede aparecer en un solo sector del colon (monoclonal) o en múltiples secciones simultáneamente.
El cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más diagnosticado y el segundo tipo de cáncer maligno más letal afectando a ambos sexos por igual.
Los principales síntomas del cáncer colorrectal incluyen:
Existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar la posibilidad de padecerlo:
Las personas de edad avanzada o de raza afroamericana tienen mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal.
Es recomendable realizar pruebas periódicas a la población de entre 50 y 75 años para la detección precoz del cáncer colorrectal.
Por ello, se deben realizar exploraciones preventivas como:
Se realiza también un análisis de sangre para detectar el antígeno carcinoembrionario (CEA), un marcador tumoral que se eleva en la sangre en este tipo de cáncer.
Se recomienda en las personas susceptibles de desarrollar cáncer de colon realizar a partir de los 45 años una prueba de sangre oculta en las heces de forma anual o una colonoscopia cada 2 años.
Las personas sin factores de riesgo, deberían realizar pruebas de cribado partir de los 50 años, y repetirlas cada 5 años hasta los 75 años. Para personas mayores de 75 años, la realización de las pruebas depende de su estado de salud y los resultados de exámenes previos.
El cáncer de colon se puede clasificar por etapas en función de la extensión del cáncer. La extensión del cáncer se realiza en función de los tejidos afectados desde la zona más interna hacia afuera (mucosa, submucosa, área muscular propia, área serosa intestinal, ganglios y vasos sanguíneos).
Una clasificación muy utilizada es la clasificación de Dukes modificada por Astler-Coller:
Para el tratamiento del cáncer de colon existen diferentes tratamientos de acuerdo al tamaño al del tumor, el estadio, la localización y el tipo celular:
Cirugía para cáncer de colon en etapa temprana: Si el tumor se encuentra confinado en la mucosa o submucosa se recomienda cirugía mínimamente invasiva:
Cirugía para el cáncer de colon avanzado: Cuando ya afecta a la capa muscular o de forma más profunda a la pared intestinal:
Inmunoterapia: Uso de fármacos para que el sistema inmunitario sea capaz de detectar y eliminar las células cancerígenas.
Radioterapia: Rayos X y protones dirigidos para destruir las células cancerosas.
Quimioterapia: Se suele administrar tras la operación de cirugía.
Medicamentos de terapia dirigida: Se pueden utilizar estos medicamentos junto con la quimioterapia o cuando la quimioterapia no ha resultado eficaz.
Cuidados paliativos: Para el tratamiento del dolor y otros síntomas de la enfermedad.
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