La laparoscopia es una técnica diagnóstica y quirúrgica que permite observar e intervenir diversas afecciones propias de la zona del abdomen y el área pélvica.
La laparoscopia se realiza con anestesia general introduciendo un tubo largo y delgado denominado laparoscopio a través de una incisión hecha en el ombligo o debajo del mismo.
Con una segunda punción se pueden observar los procedimientos que se hacen sobre la zona afectada insertando un visor de video.
Las dos utilidades principales del procedimiento laparoscópico son:
La laparoscopia permite estudiar diversas enfermedades como:
Al mismo tiempo se pueden llevar a cabo intervenciones quirúrgicas como:
Las instrucciones a seguir antes de realizar esta prueba son:
La laparoscopia conlleva los riesgos de cualquier cirugía que requiera anestesia. Además pueden existir otros riesgos inherentes a la prueba como:
Después de la intervención es normal tener durante un tiempo el vientre hinchado porque se introduce aire en el abdomen para obtener una buena visualización de la zona. En aproximadamente un mes todo ese aire es reabsorbido.
Sólo una de cada mil personas requiere de cirugía mayor para remediar el daño causado por el procedimiento laparoscópico y la tasa de mortalidad debida a complicaciones es aproximadamente 1 cada 80.000 a 100.000 pacientes.